GRIPE A
El Gobierno da por finalizada la pandemia de Gripe A en España

La ministra Trinidad Jiménez presentó así en agosto la campaña contra la Gripa A (FOTO: Ministerio de Sanidad)
Por LaSemana.es
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Sociedad04-01-2010
La alarma llegó a su fin. Los últimos datos hechos públicos por el Ministerio de Sanidad indican que la tasa de infectados ha sido de 40,8 casos por cada 100.000 habitantes, la cifra más baja desde finales de agosto. Por ello, el Gobierno ha dado por finalizada la pandemia y dejará de informar semanalmente sobre la enfermedad.
Atrás queda ya la alarma creada alrededor de la nueva gripe, llevada a cabo por los medios y por la propia ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, que vaticinó en julio que la GRipe A podría causar hasta 8.000 muertes este invierno en España. Ahora, apenas seis meses después, el Ministerio considera que ya no es necesario realizar los informes semanales sobre la evolución de la infección. En total, 271 personas fallecieron el pasado año por la enfermedad, una cifre muy inferior a los primeros presagios. De acuerdo con los datos facilitados por la Red de Médicos Centinelas del Sistema de Vigilancia de Gripe en España, la tasa estimada de gripe clínica en atención primaria en la semana del 20 al 26 de diciembre ha sido de 40,80 casos por 100.000 habitantes, frente a los 78,55 casos de la semana anterior. Estos datos se encuentran muy lejos de los, por ejemplo, 371,68 casos por 100.000 habitantes que se detectaron en semanas como la del 15 al 21 de noviembre. Con la alarma disipada, el Gobierno se plantea qué hacer ahora con el dilatado sobrante de vacunas que acumula tras el fracaso registrado durante el primer mes de la campaña de vacunación, en la que solo se ha inmunizado un 15 por ciento de la población de riesgo en el conjunto nacional. En un principio, el Ejecutivo planeaba inmunizar al 40 por ciento de la población total, para lo cual desembolsó 270 millones de euros. Para deshacerse de tal excedente, ahora se plantean dos opciones. Una de las dos posibilidades es devolver las dosis excedentes a las compañías farmacéuticas para que reintroduzcan la vacuna en el canal privado de la cadena farmacéutica, para abrir la puerta a la vacunación libre de los ciudadanos que no están en los grupos de riesgo. La otra, consistiría en remitir las dosis sobrantes a países en vías de desarrollo a través de la Unión Europea.