Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

TENIS

El equipo del siglo XXI

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura4 min
Deportes05-12-2009

Finalista en cinco ocasiones y campeón en cuatro de ellas desde el año 2000, España se ha erigido en el mejor equipo del siglo XXI. El tenis nacional disfruta de la generación más prolífica de su historia, la de mayor calidad y profundidad. Su juventud y su descaro les han llevado a levantar dos Ensaladeras consecutivas, un hito sin precedentes en España, y sumar un total de cuatro títulos en los últimos nueve años. Liderados por Rafael Nadal, este grupo de jugadores ha coronado al combinado nacional como el más temido del planeta y, pese a ello, todavía no vislumbra su límite.

Por generación espontánea, como arguyen unos, o por el buen trabajo de base, como defienden otros, lo cierto es que España se ha topado de bruces con una generación de tenistas de ensueño. El cuarto título en la Copa Davis, segundo consecutivo, ha consagrado a un equipo que ya el año pasado se había quitado todos los estigmas. En Mar del Plata (Argentina), con todos los elementos en contra y sin Rafael Nadal, el combinado nacional logró un éxito, la tercera Ensaladera, que acreditó a Fernando Verdasco, Feliciano López y compañía como algo más que unos meros gregarios. La categoría de estos jugadores ha quedado patente en un año, el que finaliza, en el que Nadal, castigado por las lesiones, apenas ha podido participar en las eliminatorias previas. España disfruta de toda una generación de oro. Al capitán, Albert Costa, se le han acumulado las dudas en numerosas ocasiones, indeciso por no saber a quién elegir entre el amplio abanico de figuras de las que dispone. Y lo más esperanzador es que a todos ellos les quedan aún muchos años de tenis. A Nadal, de 23 años, se le suman Verdasco (26), David Ferrer (27), Feliciano (28), Tommy Robredo (27) y Almagro (24). Sólo Juan Carlos Ferrero, último superviviente de la generación anterior y que ya roza la treintena, se acerca ligeramente a la retirada. “Todos ellos”, comenta Carlos Moyà, “serían líderes de equipo en cualquier otro país”. No en vano, de los siete, Feliciano es el único que no se encuentra entre los 30 mejores del mundo. Y otros cuatro más, hasta once españoles, aparecen entre los cien primeros del ranking. Precisamente el mallorquín puede presumir de pertenecer a la hornada que abrió el camino a la gloria. Él, Álex Corretja, el propio Albert Costa y Ferrero ampliaron los horizontes del tenis español, conquistando torneos en los que nunca se había ganado y alzando la primera Copa Davis de la historia allá por 2000. Antes, eso sí, las féminas ya habían demostrado que las raquetas nacionales podían dominar a nivel mundial. Liderado por Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, el equipo de Copa Federación ganó cinco títulos y alcanzó una decena de finales en la década de los noventa. Unos números envidiables La generación de Nadal busca ahora emular ese éxito. Y de momento lleva una trayectoria casi impecable. Si sobre la tierra de arcilla ejercen un dominio hegemónico (no en vano, no se ha perdido una eliminatoria en casa, sobre ese terreno, desde hace diez años), en el resto de superficies los españoles son también temidos rivales. La final de 2008, por ejemplo, la ganaron en una superficie sintética totalmente adversa. Si bien este año la suerte ha sonreído y todos los cruces los han disputado como locales, en polvo de ladrillo y ante equipos de nivel teóricamente inferior (Serbia, Alemania, Israel y República Checa). Pero las explicaciones al éxito de este equipo van más allá de lo favorable o adverso que haya podido ser el cuadro. A la calidad contrastada de los jugadores se le suma el enriquecedor ambiente que les rodea y su espíritu de sacrificio por el grupo. El compañerismo y la amistad imperan en las concentraciones. Y a ello hay que añadirle las ganas de competir y triunfar en un torneo como éste, siempre incrustado con calzador en el calendario y al que muchos acaban renunciando para no ver lastrado su rendimiento en torneos individuales. “Se ha conseguido un grupo de jugadores que están por la labor de jugar y de disfrutar con la Copa Davis”, opina Jordi Arrese, director deportivo de la Federación. Con esas mimbres, España ha logrado revalidar un título por primera vez en su historia, algo que no conseguía nadie desde Australia en 1998. En su horizonte más cercano está superar a Estados Unidos, último conjunto que levantó tres Ensaladeras consecutivas, hace 37 años, cuando conquistaron cinco títulos seguidos entre 1968 y 1972. España es ya el sexto equipo con más laureles en la historia de la competición. Lejos quedan Suecia, con siete trofeos, y Francia y Reino Unido, con nueve. A años luz se sitúan ya Australia (28) y Estados Unidos (32). Ahora, la defensa del cuarto título comenzará ante la Suiza de Roger Federer. Aunque el número uno del mundo tampoco asusta. A ojos de su capitán, Albert Costa, "lo único que le puede fallar a este equipo es que le falte motivación”.