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CÉSAR ANTONIO MOLINA DEJA EL ESCAÑO

El ex ministro de Cultura también abandona al PSOE en el Congreso

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
España07-09-2009

Zapatero se está quedando cada vez más solo. Las renuncias dentro del Grupo Socialista del Congreso se suceden una tras otra. Si hace una semana era el ex ministro Jordi Sevilla quien abandonaba su escaño de diputado, ahora es César Antonio Molina, anterior inquilino del Ministerio de Cultura y a quien Zapatero despidió hace seis meses.

Molina tiene previsto abandonar su asiento en el Congreso dentro de pocos días para regresar a su profesión como profesor universitario. Lo hace después de dos años de aventura política. En julio de 2007 fue fichado por el presidente del Gobierno para el Ministerio de Cultura. Allí sucedió a la andaluza Carmen Calvo, quien se había ganado la enemistad de los cineastas con sus reformas legislativas. El encargo de Molina era poner paz y lo consiguió en un primer momento. Seis meses después fue incluido como candidato del PSOE para las elecciones generales de 2008. Un año después, Zapatero le cesaba para colocar en su lugar a la directora de cine Ángeles González-Sinde, una defensora a ultranza del sector y de los derechos de los autores que tanto ayudaron al líder socialista en su última campaña electoral. Molina ha aguantado apenas seis meses desde que Zapatero le cesó al frente del Ministerio de Cultura. Ahora anuncia su retirada de la vida política para recuperar una de sus vocaciones profesionales. El ex ministro llegó al Gobierno después de dirigir el Círculo de Bellas Artes y de encabezar el Instituto Cervantes. Su renuncia no ha pillado por sorpresa a sus compañeros pero sí causa expectación porque es la segunda que se produce en sólo una semana de un ex ministro de Zapatero. Hace pocos días se produjo la del ex ministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla, que fue fiel asesor económico de Zapatero en la oposición y que paulatinamente se fue separando de él desde la victoria electoral de 2004. Sevilla ha cambiado la política por la multinacional Price WaterHouse. En círculos políticos eran conocidas las discrepancias de Jordi Sevilla con la política económica de Zapatero. No es el único. El ex vicepresidente segundo del Gobierno Pedro Solbes tampoco se ha mostrado muy partidario de las decisiones económicas que el Ejecutivo ha adoptado en los últimos meses y se barrunta que podría ser el próximo en renunciar a su puesto en el Parlamento, lo que supondría otra baja más para el PSOE.