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PERIODISTAS

Adiós a un estilo; adiós a Walter Cronkite

Por Juan heralta RodríguezTiempo de lectura2 min
Comunicación27-07-2009

El pasado 17 de julio murió una de la voces más emblemáticas del periodismo. Murió un hombre que creó un nuevo estilo, un hombre que fue capaz de unir a millones de telespectadores frente al televisor deseosos de que empezará el informativo para conocer sin mentiras, ni falsedades, qué había sucedido en el mundo. Su única arma era la verdad y, por eso era conocido como “El hombre más confiable de América”. Murió Walter Cronkite.

Los focos se apagaron para Walter Cronkite. Ya no se podrá oír su emblemática frase al final de los telediarios de “Y así es como han sido las cosas”. El pasado 17 de julio se fue uno de los grandes comunicadores y con él, un estilo que marcó a varias generaciones. Sus únicas armas eran la verdad y la objetividad, y su objetivo siempre fue que el pueblo norteamericano conociera la actualidad del mundo tal cual es. Nunca se dejó llevar por ideologías, lo único importante para él era la información y que el telespectador conociera toda la verdad acerca de ésta. Tanto es así, que nunca nadie ha sabido cuales han sido sus posturas políticas, puesto que Nixon llegó afirmar que era un demócrata mientras que Kennedy pensaba que era un republicano. Cronkite era respetado por todos. Por eso se debía siempre a su público, ya que durante 20 años al frente de los informativos, su audiencia no se resintió ni una sola décima. Hechos como irse hasta Vietnam para averiguar qué era lo que estaba sucediendo realmente allí, y afirmar a su vuelta que “el presidente” les había “engañado”; le valieron el título de “El hombre más confiable de América”. Tal era su honestidad y su lealtad a la gente, que cuando le preguntaban acerca de si se planteaba dedicarse a la política debido a la gran credibilidad que tenía, él afirmaba “nunca” se presentaría “a la elección para un cargo político porque entonces tendría que mentir”. El ex presidente norteamericano Jonson afirmaba en sus memorias que “puedo luchar contra todos, pero no contra Walter Cronkite”, siendo este una de las razones por las que no se presentó a la reelección como presidente de los Estados Unidos. Tanta era la credibilidad de Cronkite, que desde su despedida de los informativos televisivos en 1981, estos a pesar de seguir siendo populares, se estima que han ido perdiendo cerca de un millón de televidentes por año. Walter Cronkite a lo largo de su dilatada trayectoria contó al mundo momentos tan importantes como la llegada a la luna, la guerra de Vietnam y el Watergate con los que transmitió un nuevo estilo periodístico; con el que reflejaba la responsabilidad social que tiene el periodista con el público. Para ello daba una información veraz, objetiva y universal, para dar a conocer hechos verdaderos, no sólo aquellos que interesaban a la cadena o al gobierno que estuviera vigente. El periodista debía ser moral aparte de asumir y defender un orden moral y ético. Con su muerte el periodismo se queda huérfano de unos valores que, hoy en día, parecen perdidos, en los que prevalecen los intereses y lo superficial. Se fue Walter Cronkite, se fue uno de los grandes.