HONDURAS
Latinoamérica se amilana y deja a Zelaya en la estacada
Por LaSemana.es3 min
Internacional05-07-2009
La clase política Latinoamericana acabó finalmente por amilanarse ante los militares golpistas de Honduras. Si bien estaba previsto en un primer momento que diversos presidentes arroparan al depuesto Manuel Zelaya en su retorno a Tegucigalpa, lo cierto es que éste tuvo que intentarlo solo, ya que sus homólogos prestaron el tan preciado apoyo moral e institucional a no pocos kilómetros de distancia, en El Salvador.
Zelaya afirmó el pasado domingo que retornaba a su país apoyado por dos comisiones. La primera, la que él mismo iba a encabezar y que estaría secundada por el presidente de la Asamblea General de Nacionales Unidas, Miguel D’Escoto, amén de otros representantes institucionales de terceros países. Tras la primera comitiva, estaba previsto que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y sus homólogos de Paraguay, Fernando Lugo, y Ecuador, Rafael Correa, viajaran a El Salvador para apoyar a Zelaya. Junto a ellos iba a estar el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, aunque, a pesar del peso diplomático de esta segunda comisión de apoyo, era previsible que a kilómetros de distancia su presencia apenas causara efecto en el Gobierno golpista de Roberto Micheletti. "Con estas dos comisiones, la Comunidad Internacional aclara que no se va retroceder en la instauración de la democracia", declaró pese a todo Zelaya. "Aquí están los representantes de la OEA, de la ONU, los tres presidentes... todos son símbolos de la democracia, principios que son baluarte de nuestras naciones", ha afirmado antes de denunciar al "ilegítimo gobierno de facto que se pretende perpetuar". Sin embargo, bien es cierto que el retorno de Zelaya había perdido fuelle sin la presencia de Kirchner, Lugo y Correa junto a él a la hora de intentar aterrizar en Tegucigalpa. No es descabellado pensar que, sin la confirmación de que el presidente legítimo de Honduras viajaría sin los tres mandatarios, Micheletti nunca se habría atrevido a dar la orden que dio a última hora del domingo, hora española. “Queda denegado el permiso de aterrizaje al avión de Zelaya venga con quien venga”, ordenó el presidente de facto. Mientras, en Honduras y pese a la prohibición de Micheletti, cientos de personas recorrieron las calles de Tegucigalpa camino del aeropuerto internacional para dar la bienvenida al presidente según la televisión venezolana Telesur. Sin embargo, los simpatizantes de Zelaya se quedaron con ganas de verle descender por la escalerilla del avión. A última hora, los pilotos del avión de Zelaya decidieron aterrizar en El Salvador ante la negativa de Aviación Civil de Honduras a autorizar la toma de tierra en cualquiera de los aeropuertos nacionales. Zelaya se encontró en El Salvador con sus teóricos aliados políticos, esos que al final se amilanaron y que tienen gran parte de culpa del fracaso de su retorno a Honduras. Sin embargo, todo apunta a que el presidente legítimo intentará de nuevo la vuelta a su país a juzgar por sus palabras pronunciadas en Washington antes del despegue. "Como presidente debo acompañar a mi pueblo y procurar que todo se desarrolle en fraternidad. Invito a que se mantenga vigente defendiendo sus derechos pacíficamente. Que nadie use una sola arma, el arma que tenemos es la más fuerte del mundo, es el arma de los derechos del pueblo por gobernarse a sí mismo y no permitir nunca ni la usurpación ni la fuerza para que nuestros países y nuestros pueblos siempre velen por la paz y por la fraternidad de nuestras naciones", manifestó.