CUBA
Un cubano vence a Fidel Castro y al ¬Ché¬ en los tribunales de EE.UU.
Por LaSemana.es1 min
Internacional14-06-2009
Un juez de Estados Unidos concedió la pasada semana una indemnización de más de 700 millones de euros a Gustavo Villoldo, un cubano que demandó al ex presidente de Cuba, Fidel Castro, y a Ernesto Ché Guevara por el suicidio de su padre, de igual nombre, en 1959. El individuo murió de sobredosis de píldoras contra el insomnio tres semanas más tarde de que el Ché Guevara le comunicase que su negocio, un concesionario de General Motors, sería nacionalizado por el Gobierno revolucionario.
El juez estadounidense Peter Adrien emitió su decisión a favor de Gustavo Villoldo hijo, que tras la muerte de su padre se convirtió en agente de la CIA e incluso participó en la captura del Ché Guevara en Bolivia, en 1967. De aquel momento conservaba hasta hace poco una fotografía junto a su cadáver, un mechón de pelo del líder guerrillero y diversos documentos de la operación de detención. En 2007, con 70 años, decidió subastarlos para “borrar un capítulo oscuro del pasado”. Una de las claves del fallo del magistrado fue que consideró como “tortura” a los Villoldo el hecho de que el Gobierno cubano planeara decomisar el negocio de su cabeza de familia, pues hubiera dejado la economía familiar en quiebra. Dado que el desmantelamiento del capitalismo en Cuba se basó en la nacionalización de empresas, este gesto de Adrien podría servir de precedente a otros cubanos cuyas empresas corrieron el mismo destino. La indemnización es la mayor que se ha concedido hasta el momento en demandas contra el Gobierno de Cuba después de una por 178 millones de euros otorgada a los hijos del cubano Rafael del Pino Siero, que murió en la cárcel tras separarse del régimen castrista; o los casi 100 millones a los familiares de tres pilotos del grupo exiliado Hermanos al Rescate, derribados en aguas internacionales en 1996. Estos casos precedentes serán precisamente uno de los principales obstáculos para que los Villoldo puedan cobrar su indemnización. Y es que la única vía posible para hacerlo es una cuenta del Ejecutivo cubano en Estados Unidos que la Administración norteamericana tiene congelada desde hace años, pero de la que ya se echó mano para pagar las anteriores reparaciones. Hoy apenas quedan unos 300 millones.