Un Congreso de ideas pero sin debate
Por Pablo A. Iglesias2 min
España27-01-2002
Aznar quería que el XIV Congreso Nacional del Partido Popular sirviese como recopilación de ideas para el futuro. Y prometió que todo el que tuviese algo que decir, podría explicarlo. Pero lo cierto es que el cónclave quedó simplemente en un compendio de elogios al líder del PP en el que para él era el "último" como presidente.
Los debates de ideas en las ponencias sobre El patriotismo constitucional, El Estado del siglo XXI y la Sociedad del pleno empleo y de las oportunidades quedó en nada. En alguna de ellas, apenas hizo falta una hora de reunión para acordar la incorporación de algunas enmiendas y rechazar todas las demás. Aunque parezca mentira, todo se aprobaba o se rechazaba por unanimidad. Incluso en la controvertida ponencia de Estatutos. El debate entre el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, y los redactores del texto original, Ángel Acebes y Ana Mato, quedó en nada. Los segundos ofrecieron una enmienda transaccional al primero y éste la acepto sin reparos. No consiguió limitar los mandatos de los presidentes del Gobierno que pertenezcan al PP pero lanzó una advertencia a todos sus compañeros de militancia: "El resultado de este Congreso no lo sabremos hoy. Ni mañana. Lo veremos en las elecciones generales del 2004". Cascos dejó bien clara su preferencia por Aznar. Pero el presidente del Gobierno y del partido no está dispuesto a seguir más tiempo del prometido. Al final, él mismo provocó que el debate de ideas quedara al margen y tan sólo se hablara de personas. O, mejor dicho, de su persona. Dentro del Partido Popular todos niegan que haya comenzado la carrera por la sucesión. Entre otras cosas, porque saben que Aznar se encargará de abrirla y cerrarla personalmente cuando designe a su sustituto. Al final, el XIV Congreso Nacional del PP quedó en una recopilación de ideas sin debate. Las únicas discusiones tenían lugar en los pasillos, entre los que están a favor de que Aznar siga en el 2004 y los que respetan y defienden su promesa. Entre los que querrían que repitiese otros cuatro años en La Moncloa y los que prefieren continuar con la renovación de personas. Pero, cuando el presidente pasaba por su lado, tantos unos como otros guardaban silencio y se apresuraban en darle la mano. No obstante, en el PP niegan que con Aznar se haga cesarismo.