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MÉXICO

Obama sella con Calderón su compromiso en la guerra a la droga

Fotografía
Por Miguel MartorellTiempo de lectura3 min
Internacional16-04-2009

El problema del narcotráfico ha centrado la primera visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a México, en lo que es también la primera visita del inquilino de la Casa Blanca a Latinoamérica. Aunque no se firmó ningún acuerdo concreto, tanto Obama como el presidente Felipe Calderón se comprometieron a reforzar la cooperación entre ambos países.

La breve visita de 24 horas de Obama a México ha sido todo un acontecimiento, aunque más por las durísimas medidas de seguridad que han blindado la capital que por otra cosa. Más de 4.000 policías han cerrado el barrio financiero de la ciudad para asegurar el camino a la comitiva del presidente estadounidense, que no ha pisado las calles de México DF en ningún momento. La llegada de Obama venía precedida por la visita que sólo unas semanas antes había protagonizado la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Sin embargo, el simbolismo del viaje del presidente de EE.UU. se halla en el gesto que éste supone para mejorar las relaciones entre ambos países, dañadas durante la Administración Bush. “Instauremos una nueva era entre Washington y México. Yes we can”, señaló con cierto tono de humor el presidente Calderón. “Es una oportunidad para lanzar una nueva era”, dijo por su parte Obama, que añadió: “Nuestra relación y nuestra amistad son fuertes, pero podemos hacerlos más fuertes aún”. Entre todos los asuntos a tratar, el narcotráfico fue el que copó el encuentro entre ambos mandatarios. Esta lacra sigue dejando diez muertos diarios en México, 10.000 asesinatos desde 2006, pero el Gobierno de Calderón subraya que el 90 por ciento de la munición y las armas incautadas a los narcos proceden de EE.UU., que ve con preocupación la posibilidad de que la violencia de la droga cruce la frontera y se extienda en el sur del país. “La responsabilidad no es sólo de México, la demanda en EE.UU. es lo que hace estos carteles funcionen, también las armas con las que actúan son vendidas en mi país. Hay que eliminar el movimiento de armas y dinero hacia el sur, así que trabajaremos conjuntamente para evitarlo”, proclamó Barack Obama. En esta línea, por primera vez se creará un registro de los vehículos que crucen la frontera desde EE.UU. hacia México -hasta ahora sólo se registraban los de México a EE.UU.- y Obama se comprometió a acelerar el desarrollo de la Iniciativa Mérida, un plan que destinará 400 millones de dólares al Gobierno mexicano en su lucha contra el narcotráfico. Esta iniciativa tratará de mejorar la comunicación entre ambos países en cuestiones policiales de lucha contra el narcotráfico y supondrá una cuantiosa inversión de EE.UU. en el Estado vecino para evitar que la violencia de los narcos cruce la frontera, destinando fondos para armas, vehículos y tecnología. Calderón también ha reclamado a Obama que prohíba la venta de armas de asalto en su país y que luego cruzan la frontera, una propuesta que ya apoyó Bill Clinton, pero que Bush no renovó. El presidente estadounidense ha mostrado su aprobación a esta medida, aunque con ciertas reservas de momento. Un día antes de la visita del presidente de EE.UU. a México, la Administración nombró a Alan Barsin como encargado del control de la frontera entre ambos países. En dicho cargo, que ya ocupó con Bill Clinton, Barsin se encargará tanto de la guerra contra el narcotráfico como en mejorar el comercio entre EE.UU. y México. Además, muestra de la importancia que este asunto tiene para ambos países, la Casa Blanca aprobó la inclusión del cartel de Sinaloa, los Zetas y la Familia Michoacana -tres bandas de narcos mexicanas- en su lista de organizaciones dedicadas al narcotráfico internacional. Esto permitirá a Washington y, concretamente, al Departamento del Tesoro, incautar y bloquear el dinero que estos tres carteles ingresen por el narcotráfico, incluyendo sus cuentas bancarias.