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DISCAPACIDAD

Unas lentes que evitan la ceguera se convierten en el invento del año

Fotografía
Por Tamara SantosTiempo de lectura2 min
Sociedad15-04-2009

En el mundo hay 161 millones de discapacitados visuales de los cuales 37 millones son ciegos. Sin embargo, se abre un camino de luz en la oscuridad gracias a la investigadora española Celia Sánchez Ramos. Su descubrimiento, unas lentes especiales que protegen la retina, pueden evitar enfermedades por radiación solar y la ceguera.

Un total de 161 millones de personas viven con discapacidad visual en el mundo según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De este colectivo 37 millones son ciegos y 1,4 millones son menores de 15 años. Cataratas, glaucoma, uveítis, degeneración macular, opacidad corneal, tracoma o retinopatía diabética son las principales enfermedades visuales en la actualidad. Después de mucho esfuerzo, Celia Sánchez Ramos, profesora en el área de investigación de la Universidad Complutense de Madrid, ha conseguido poner la esperanza en millones de personas con su nuevo descubrimiento; unas lentillas que protegen la retina. Este invento no sólo ha sido una gran noticia para los discapacitados visuales, sino para el mundo de la ciencia en general, por ello, esta científica española ha logrado el premio al mejor invento del año. Además, también ha recibido la medalla de oro a la mejor invención en el área sanitaria y se le ha galardonado con el premio a la Mejor Patente Española. El ojo humano posee en la retina un área denominada fóvea. Se trata de una estructura de color amarillo que protege la vista de la luz más dañina compuesta por violetas y azules. Esta ha sido precisamente la clave del invento. El color amarillo en las lentes simula la estructura fóvea y causa el mismo efecto protector. De esta manera se pueden prevenir enfermedades como la degeneración macular, que se refiere a la pérdida visual con el paso de los años, y que es la principal causante de ceguera en el mundo. Tras cinco años de averiguaciones y pruebas en ratones, Celia Sánchez Ramos ha logrado dar con la solución también en humanos y actualmente la Universidad Complutense de Madrid realiza ensayos en 23 hospitales con personas que tienen cataratas. La lente ya se ha probado en unas 2.000 personas, y se ha corroborado que el color amarillento no impide la visibilidad normal del resto de colores ni modifica el tono de los ojos de la persona que lo usa.