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TERRORISMO

ETA asesina a un empresario cercano al PNV por su relación con el TAV

Fotografía
Por Esteban del Pozo Tiempo de lectura2 min
España05-12-2008

Era "una persona especial" y resulta "muy duro que nos quiten a Ignacio". Se trataba de "un trabajador porque siempre estaba trabajando". "Pero es que la familia Uría no hacía otra cosa". De esta forma describía a la última víctima mortal de ETA su propio primo, Luis Mendizábal.

Ignacio Uría era vecino de la localidad guipuzcoana de Azpeitia, ciudad natal de San Ignacio de Loyola, un pueblo de alrededor de 10.000 habitantes. Su familia, y él en concreto, son muy apreciados en el lugar debido su carácter trabajador. Según su primo aunque contaba con 71 años en su haber, todos los días se levantaba a las siete de la mañana, pese a tener "toda su empresa en marcha" y no tener "esa necesidad" de hacerlo "porque tiene otras muchas personas y delegados" en la sociedad. Se trataba de una persona que desde hacía muchísimo tiempo había estado ligado al mundo de la empresa. Él era uno de los mandatarios de la constructora Altuna y Uria, una de las encargadas de llevar a cabo el proyecto de la “Y” vasca, un tren de alta velocidad que une las tres provincias vascas con Francia y con Madrid. Después de varios sabotajes a otras organizaciones, algunas de ellas abandonando la idea, ETA ha decidido apretar el gatillo contra este objetivo. En semejanza a los últimos asesinatos de la banda terrorista, ninguna de las víctimas llevaban escoltas ni se trataban de los principales responsables de un plan concreto. El anterior a Ignacio había sido Isaías Carrasco, un concejal del PSOE en Mondragón. Tampoco llevaba escolta y aunque pertenecía al Partido Socialista de Euskadi (PSE) con el que ETA había estado negociando, éste no había tenido vinculación alguna ni con la idea ni con la forma de llevarlo. Además los tiros en el pecho y en la cabeza que recibieron los dos, están lejos de los dos tiros en la nuca que los asesinos practicaban hace unos años. Debido al cargo social que ocupaba Ignacio Uría, éste pudo entrar en contacto con personas del ámbito más alto de la política. Un ejemplo de su buen trato con el Gobierno vasco es la presencia del ex Lehendakari, Javier Arzalluz, y las palabras que le dedicó el actual Presidente del Gobierno Vasco, Juan José Ibarretxe. El presidente vasco destacó que se había tratado de un asesinato "realizado con enorme cobardía", y afirmó que ETA "ha matado a un hijo de este pueblo, a una persona buena como el pan y a un emprendedor", a la vez que ensalzó la "valentía" de los empresarios y aseguró que la sociedad vasca "quiere" al empresariado y le necesita "más que nunca". El que también tuvo palabras de elogio para los políticos fue el primo del asesinado Luis Mendizábal. Por ejemplo destacó hoy la actitud "enormemente cariñosa" del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con la familia, a la que estuvo consolando por espacio de 45 minutos, así como la del lehendakari, Juan José Ibarretxe, que se sentó durante media hora, en la capilla ardiente, junto a la viuda, Manoli. Ésta última, según Luis Mendizabal, se mantuvo "al lado del cadáver", atendiendo a la gente "como si estuviera en su caserío, de la mejor manera posible".