CRISIS
El BCE recorta un 0,75 por ciento el precio del dinero
Por Bárbara Arena
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Economía07-12-2008
Más vale tarde que nunca. Esto es aun más cierto si se trata de la crisis económica y del futuro de miles de familias. Así lo debió de pensar el consejo de gobernadores del Banco Central Europeo (BCE) al decidir rebajar un porcentaje histórico el precio oficial del dinero.
Las previsiones de los economistas auguraban una bajada menor al 0,75 por ciento que se anunció finalmente, y que dejó su principal indicador en el 2,5 por ciento. Se trata del mayor descenso desde que en 1999 se implantara el euro en el viejo continente. El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, reunió al consejo de gobernadores en el Banco Central de Bélgica y explicó que “la incertidumbre excepcionalmente elevada” ha sido la responsable de este tipo de decisiones. Ésta es la tercera rebaja desde el mes de septiembre debido a la intensa debilidad económica en la que está inmersa Europa, en el contexto de una crisis a escala mundial Estas medidas vinieron acompañadas de drásticos recortes en las previsiones de crecimiento y de inflación en la eurozona. Trichet rehusó anticiparse y ante las cuestiones respecto a posibles nuevas reducciones al principio de 2009 respondió que se debe ver primero la respuesta a las medidas tomadas hasta ahora. Además, comentó que el hecho de que la inflación haya ralentizado su trayectoria al alza es el motivo de que, aun siendo una rebaja histórica, la bajada no se iguale a las llevadas a cabo por otros bancos. El Banco de Inglaterra recortó un punto porcentual y dejó el precio del dinero en el dos por ciento y el Banco Central de Suecia redujo un 1,7 por ciento su principal tipo de interés. El recorte histórico ha favorecido una bajada en el Euribor, que suma así otro dato a la racha récord de descensos y que se sitúa casi dos puntos menos del máximo que se dio el pasado 2 de octubre. La decisión también ha provocado movimientos en las bolsas europeas a lo largo de la semana ante las previsiones de recorte y unas bajadas aun más drásticas al darse la noticia final. La rapidez de la toma de decisiones y del desarrollo de acontecimientos asusta a los inversores, que venden casi al mismo ritmo con que retiran el dinero.