ENCUESTA DEL CIS
Rajoy sustituye el ‘España se rompe’ por el ‘España se arruina’
Por Esteban del Pozo2 min
España09-11-2008
Las multitudinarias manifestaciones contra la negociación con ETA han dejado paso a las declaraciones desde la sede popular de la calle Génova. Los enfrentamientos en el Congreso del ex portavoz Eduardo Zaplana contra la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa de la Vega, ahora corren a cargo de Soraya Saénz de Santamaría. Las críticas al Gobierno socialista han cambiado por las propuestas ya que el objetivo del Partido Popular en este momento es “ayudar”. Muchos son los ejemplos que ponen de manifiesto el cambio que se ha producido en la oposición, tanto en el fondo como en la forma de hacer política.
Todo empezó el 19 de marzo de 2008. Mariano Rajoy volvió a perder las elecciones por segunda vez y después de un lacónico “adiós” en el balcón de su sede y de tomarse un período breve de reflexión decidió cambiar el rumbo de la formación y darle un nuevo color. Ese día afirmó saber en qué se había equivocado, cómo lo podía solucionar y para ello confiaría en su “propio equipo”. Así, Zaplana y Acebes dejaron el cargo de portavoz parlamentario y secretario general que hoy ocupan Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, respectivamente. Pero todavía más polémico fue la desaparición de Maria San Gil de la ponencia política del Congreso, este junio, del PP en Valencia por la falta de contundencia hacia el nacionalismo vasco. La reacción de Rajoy diciendo que apoyaría a la líder vasca “tomase la decisión que tomase” y el no querer facilitar la presentación de candidaturas alternativas por el número de avales necesarios provocaron una gran división en el partido en torno a su liderazgo. La continuación del presidente del PP al frente de la formación es comparable con la trayectoria que siguió su antecesor José María Aznar. El ex presidente del Gobierno llegó a la Moncloa después de perder dos elecciones y tras presentarse como el salvador de la Economía española por la crisis que azotaba al país y los continuos casos de corrupción que denunciaba la prensa. Por eso el actual PP lucha ahora por situar la cuestión económica en el centro del discurso político. De este modo, Rajoy buscaría reeditar la gestión del Gobierno de Aznar en materia económica que reportó un ciclo de prosperidad para las arcas españolas. El otro análisis que hicieron los dirigentes del centroderecha español es que había algunas personas que no habían votado a los populares por parecer un partido que, como mostró una encuesta, hasta sus propios afiliados los consideraba más de derechas ideológicamente que ellos mismo. Pero ya ha pasado un año desde que el PP se sometiese a un lavado de cara y a un cambio en la manera de plantear el mensaje. En este tiempo los socialistas han reconocido la crisis mientras que el PP aun no ha comenzado a sacar partido a esa situación. En primer lugar, las medidas de ayuda bancarias planteadas por el Ejecutivo socialista son muy similares a las que se han tomado en resto del mundo, lo que dificulta la crítica. En segundo lugar, la estrategia colaboracionista por la que ha optado el PP en esta legislatura en detrimento de la contundencia del pasado aun no ha dado los resultados esperados a juzgar por la última encuesta del CIS. A todo esto hay que sumarle las crisis de identidad provocada por la ruptura con UPN y los intereses de los varones autonómicos que dificultan la presentación de un discurso único nacional sólido.