EDUCACIÓN
La universidad española tiende a un modelo americano
Por Ana Sellers2 min
Sociedad07-11-2008
Muchos de los alumnos españoles han manifestado su rechazo al Plan de Bolonia desde su anunciación. Las privatización de las universidades o la reducción de las diplomaturas y licenciaturas son algunas de las medidas que los universitarios no aceptan. Mientras, cada vez son más los centros que introducen el nuevo plan educativo en sus cursos.
Por diversas razones, el nuevo sistema educativo que pretende igualar a todos los países europeos ha recibido, desde el principio, las críticas de diferentes sectores en toda la Unión. Dichas razones son, entre otras, la disminución de los años de estudio de las licenciaturas y la privatización de las universidades con todo lo que ello conlleva. Las universidades reciben financiación de diferentes formas, como las subvenciones nominativas que reciben de la administración, las tasas que pagan los alumnos o los convenios. Sin embargo, el gasto en universidad apenas supone el uno por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que en otros países europeos llega al dos por ciento en el peor de los casos. Se pretende alcanzar en España este último porcentaje, pero cada vez se está más lejos de lograrlo. En lo referente a la inversión en educación pública y alumnos con becas, España está muy por debajo del resto de Europa. Javier Uceda, rector de la Universidad Politécnica de Madrid, asegura que este cambio de modelo exige más recursos y que va a ser difícil afrontarlo sin dificultades. Esta es la situación con la que se encuentra la entrada en vigor del Plan de Bolonia. Debido a ello son pocas las universidades públicas que han puesto en marcha el nuevo sistema. El Gobierno está a favor de la implantación del plan ya que supone la equiparaciónde las universidades españolas con el resto de Europa. Por ello, el próximo curso, España deberá adaptarse por completo a este sistema universitario. En la actualidad, son muchas las universidades españolas que realizan en sus aulas “clases-piloto” para que tanto alumnos como profesores se vayan adaptando al nuevo sistema. Con estas pruebas, los alumnos se sienten como “conejillos de indias”. La puesta en marcha del Plan de Bolonia supone, entre otras cosas, el fin de las actuales diplomaturas y licenciaturas que pasarán a ser grados y postgrados. Para acceder al empleo deseado habrá que realizar un curso de postgrado que costará entre 3.000 y 6.000 euros. Además, el Gobierno apuesta por sustituir las becas por préstamos que los estudiantes tendrán que devolver. Con ello se está produciendo un acercamiento a Estados Unidos en cuanto a política educativa.