HISTORIA
El aeropuerto que salvó a Berlín del bloqueo soviético cierra sus puertas
Por Adriana Escalada2 min
Cultura30-10-2008
Los berlineses han asistido al cierre tras 85 años del aeropuerto de Tempelhof, construido en 1909 e inaugurado en 1923. La vieja terminal ha recibido a fotógrafos de prensa, cámaras de televisión y a una multitud de ciudadanos para realizar sus últimas fotografías. Este aeródromo es famoso porque tuvo un papel importante durante el bloqueo soviético de la ciudad.
El aeropuerto, el más antiguo de Europa que ha estado en activo, ha permanecido en funcionamiento durante 31.068 días. Su último vuelo regular ha sido un Dornier 328 con destino a Mannheim (suroeste alemán). Tempelhof es para los berlineses el aeropuerto que ha salvado al sector oeste del hambre durante el bloqueo soviético, del 26 de junio de 1948 al 12 de mayo de 1949. Los aviones aliados se ganaron el apodo de Rosinenbomber por las golosinas que lanzaban a la población en paquetitos con pequeños paracaídas. En total se transportaron 2,3 millones de toneladas de alimentos, carbón y medicinas en 280.000 vuelos, a un ritmo de un aterrizaje y despegue cada 90 segundos. El aeropuerto fue inaugurado 10 años antes de la llegada de Adolf Hitler al poder en 1933 y éste lo convirtió en aeródromo central de la capital del Tercer Reich. En esos años se construyó su imponente terminal y las alas adyacentes. La imagen de Tempelhof quedó tan vinculada al Tercer Reich como al puente aéreo aliado y al cine, ya que por él pasaron grandes estrellas en los años 60, como Marlene Dietrich y Marilyn Monroe. Aumenta la contaminación El aeropuerto debió cerrarse en 2004, pero numerosos litigos aplazaron la decisión. Ahora, la construcción del nuevo gran aeropuerto de Schönefeld, que debe inaugurarse en 2011, ha precipitado su cierre. El alcalde-gobernador de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, ha hecho caso omiso a todas las llamadas de salvación y su cierre va a seguir en adelante por la falta de rentabilidad. Desde que Tegel abrió en 1975, Tempelhof ha ido perdiendo pasajeros progresivamente y de los casi 20 millones que usaron los tres aeropuertos de Berlín en 2007, menos de 350.000 pasaron por él. Además, situado en medio de la ciudad, provoca una gran contaminación ambiental e impide la ampliación de las pistas y terminales, por lo que no pueden llegar las grandes aeronaves modernas como el Airbus A340 o el Boeing 747 El destino futuro de sus 380 hectáreas está por decidir; convertirlo en oficinas, en museo de aviación, salas de arte y conciertos, en viviendas y parques, en complejos deportivos, un estudio cinematográfico e incluso se baraja la posibilidad de proponerlo como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Sólo en mantenimiento, Tempelhof seguirá teniendo un coste anual de cerca de un millón de euros.