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CINE

Muere Paul Newman, el actor con la mejor sonrisa de Hollywood

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Espectáculos26-09-2008

Para muchos y muchas era el actor de la mirada azul, uno de los más guapos del mundo. Pero para todos Paul Newman ha sido una de las mayores estrellas de la historia, con una carrera que ha durado de los 60 hasta el 2006. El pasado 26 de septiembre moría rodeado de los suyos en su casa familiar, después de sufrir un cáncer que se lo ha llevado a los 83 años.

Sin embargo, su imagen es inolvidable. No se perderá su aspecto, con pijama y muletas, en La gata sobre el tejado de zinc, ni su colaboración con Hitchcock en La cortina rasgada, Newman jugando al billar en El buscavidas y El color del dinero, sus trabajos con Robert Redford en Butch Cassidy y Sundance Kid y El golpe hasta su despedida en la pantalla, asesinado por aquel al que quería como un hijo, en Camino a la perdición. Newman forma parte de una generación de estrellas perennes de Hollywood, como su buen amigo Robert Redford, como Marlon Brando y como el malogrado James Dean. Con quien más comparte de ellos ha sido con Redford. Además de películas en común, ambos han sido capaces de mantenerse como estrellas en una dura industria que tiende a jubilar a los veteranos. Newman ha sido capaz de obtener nueve nominaciones a los Oscar en cinco décadas distintas, además de ganar uno por El color del dinero y otro honorífico a su carrera y otro más por su labor humanitaria. Su última candidatura la logró en su último trabajo en la pantalla, Camino a la perdición, cansado ya de un mundo, el del cine, al que sólo volvió para poner la voz a uno de los personajes de la películas Cars. Tras su muerte numerosos actores han hablado de él: Redford, Gina Lollobrigida, George Clooney, Julia Roberts, Daniel Craig. Todos destacaron su gran labor, pero sobre todo su persona. Newman fue, más allá de un actor de éxito, una persona generosa, humilde y comprometida. No quiso destacar por su físico y vivió junto a su familia apartado del ambiente de Hollywood. Su labor filantrópica fue excepcional: creó una marca de salsas de gran rentabilidad cuyos beneficios fueron íntegramente a beneficencia. En sus últimos meses de vida sólo pidió tranquilidad para morir en paz y con los suyos.