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NEGOCIACIÓN

Primeros pasos para configurar una nueva financiación autonómica

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía18-05-2008

Solidaridad: éste el principio en el que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quiere basar el nuevo sistema de financiación de las autonomías. Rodríguez Zapatero quiere discutir los primeros puntos de este asunto con los presidentes de las comunidades gobernadas por el PSOE antes de buscar el consenso con la oposición.

La idea del sistema que propugna el presidente del Gobierno pasa por mejorar los lazos de solidaridad entre las regiones, especialmente en lo que respecta a la extensión de las infraestructuras y a la garantía de fondos para financiar los servicios públicos. Zapatero aboga por una “corresponsabilidad fiscal”, de modo que la implicación de los ejecutivos autonómicos llegue tanto en el diseño de sus gastos como en la consecución de ingresos para costearlos. De todos modos, el Gobierno central habrá de reservarse una financiación adecuada, por encima del 50 por ciento del gasto, para asegurar recursos a quienes los necesiten. En este sentido, se garantizará que el Ejecutivo pueda seguir desarrollando proyectos “de envergadura”, como la construcción de infraestructuras a gran escala, la oferta de servicios sociales, los planes territoriales y la atención a la dependencia. Así mismo, este nuevo mapa autonómico tendrá en cuenta en el reparto fiscal la población de cada región, su edad, el número de mayores y el de menores de cuatro años y la dispersión del territorio. El sistema de financiación de las comunidades ha evolucionado considerablemente desde 1992, fecha en que se aprobó la cesión del 15 por ciento de la recaudación del IRPF por parte del Gobierno a las autonomías. El modelo vigente entró en vigor en 2002, e incluye un Fondo de Suficiencia para proporcionar partidas adicionales a aquellas autonomías en que los gastos superen a los ingresos. Los tributos cedidos comprenden el 33 por ciento del IRPF, el 35 por ciento del IVA, el por ciento de los impuestos especiales de hidrocarburos, tabaco, alcoholes y cerveza, y la totalidad de los relacionados con la electricidad y las matriculaciones, así como los de patrimonio, sucesiones, donaciones, transmisiones patrimoniales, actos jurídicos patrimoniales y la tasa sobre el juego.