ITALIA
Italia elige entre el reformista Veltroni y el viejo Berlusconi
Por Iara Mantiñán2 min
Internacional11-04-2008
Según el ex fotógrafo de Benetton Oliviero Toscani: "Italia es hoy lo contrario del Renacimiento, no hay energía, ni valentía, el riesgo se desprecia. La creatividad ha muerto a manos de la seguridad, y lo único seguro es que vamos todos a la quiebra".
Más de 47 millones de italianos están llamados a elegir en las urnas entre una nueva política representada por el recién creado Partido Demócrata (PD) y la "cara nueva" de Walter Veltroni o volver a lo ya conocido y repetir un gobierno del conservador Silvio Berlusconi. Los últimos sondeos que pudieron publicarse en Italia, con datos de hace dos semanas, daban al Pueblo de la Libertad (PDL), la formación política creada por Berlusconi para estos comicios generales, una ventaja de hasta ocho puntos sobre su principal adversario. Sin embargo, Veltroni aseguró en sus últimos mítines que esta distancia había desaparecido y que su formación está a un paso de ganar las elecciones. Los analistas se muestran algo escépticos sobre lo que sería un espectacular avance del PD, pero advierten de que el particular sistema electoral para el Senado, que concede premios de mayoría según los resultados a nivel regional, podría generar un empate o llevar a una mínima diferencia. Ambos candidatos cuentan con cosas favorables, Veltroni representa la novedad y el cambio, y Berlusconi la experiencia de dos gobiernos a sus espaldas, así como el control de los medios de comunicación. ¿Qué pasará tras las elecciones? Gane quien gane, Italia se verá obligada a introducir un cambio para sanear su democracia, tendrá que reducir a la mitad el tamaño de su Gobierno. También cambiará la ley electoral y se reducirá el número de parlamentarios, moderadamente si vence Berlusconi, más radicalmente si es Veltroni quien lo hace. Todo esto pertenece a la agenda del centroizquierda. Berlusconi quiere consolidar ahora su inversión en 14 años de política, pero ya se ha visto obligado a abrir camino al cambio que propugna su adversario. Si vence, contará con una fuerte oposición que le empujará a ello. La calidad de esta oposición es lo que de verdad le diferenciará de su amigo Vladímir Putin. No tendrá las manos libres. Incluso si vence, empezará a perder. De ahí los nervios del final de campaña.