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MEDIO AMBIENTE

La ganadería ecológica, una posible solución

Por María ReyesTiempo de lectura2 min
Sociedad11-04-2008

Los dos nuevos casos de vacas locas conocidos la pasada semana han vuelto a hacer saltar la alarma social con respecto a las enfermedades de animales y su repercusión en la salud pública. Incluso han repercutido en la producción de alimentos, la economía y el medio ambiente. Los casos han ido aumentando en los últimos años, a pesar de contar con los conocimientos y las tecnologías adecuadas para hacerlos disminuir. Surge así una crisis alimentaria que reabre el debate sobre los riesgos que conlleva el modelo agroalimentario industrial actual.

Las rápidas necesidades, el intento de disminución de precios y el aumento de la productividad han configurado un método de producción en el que los animales son tratados como si fueran recursos de un fábrica. Viven en condiciones estresantes e, incluso, se alimentan de productos químicos que aceleran su crecimiento. De esta manera, desarrollan una muy baja resistencia a las enfermedades, no generan su propia efectiva inmunidad y se vuelven receptivos a los diferentes virus y patologías. Además, los desplazamientos de animales entre diferentes territorios, como indica el decano de la facultad de Veterinaria, Julio Tovar, “genera enfermedades con las que tenemos que convivir”. Los avances en la producción han tenido efectos colaterales. La producción ganadera se ha visto afectada no sólo por la mortalidad directa de las reses, sino por las repercusiones que esta situación tiene en el consumo y, en consecuencia, en el mercado. Además, los planes de seguridad obligan a los ganaderos a destruir a los animales enfermos para evitar que se propaguen las dolencias. Todo esto, sumado al peligro social que puede conllevar, lleva a pensar que la contraprestación que hay que pagar no es rentable al producto final obtenido. Ante esta situación, la ganadería ecológica se presenta como una posible solución al problema. Este tipo de producción se centra en un método en el que se respeta el ciclo natural del animal. Se mantiene su periodo de lactancia natural y, cuando crecen, son alimentados con productos naturales. Esto permite un equilibrio entre la cría de animales domésticos y el respeto y mantenimiento del ecosistema. Además, este modo de ganadería, se ve facilitado por la existencia de un marco legal específico que define su funcionamiento y su producción, y asegura un control de todo el proceso, lo que supone una garantía final para el consumidor. En España, según el Ministerio de Agricultura, ya existen 600 explotaciones de ganadería ecológica que cumplen con todos los requisitos. Esto supone mas de un millón de vacas criadas de esta forma, lo que equivale a casi 250 millones de kilos de carne ecológica en el mercado. Sin embargo, la ganadería ecológica tiene un problema fundamental importante para el consumidor medio: su precio. Puede aumentar hasta un quince por ciento con respecto a la carne obtenida por el método de producción habitual, porcentaje parecido al que pueden ascender otros productos, algunos de primera necesidad como el huevo o la leche.