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INMIGRACIÓN

La inmigración, en la campaña electoral

Por Esteban del PozoTiempo de lectura2 min
Sociedad07-02-2008

"Ocurrencia sin sentido" y "humo con tufo a xenofobia, en consonancia con el desplazamiento del PP a la derecha". Estas han sido unas de las calificaciones desde el Partido Socialista como Pedro Zerolo y Alfredo Pérez Rubalcaba hacia la última proposición del Partido Popular en materia de inmigración, el llamado "contrato de integración".

Según Mariano Rajoy esto servirá para sellar el compromiso de los extranjeros de "cumplir la ley, aprender la lengua y respetar las costumbres de España". Alrededor de estas cuatro ideas se levanta los pilares de su reforma inmigratoria. En primer lugar se quiere atender las demandas de las empresas españolas que tendrán a su cargo la supervisión de la selección, formación y contratación de extranjeros. Se reforzará el sistema de vigilancia de las fronteras. El inmigrante podrá pedir que venga a España sólo su familia directa y tendrá que firmar el pacto que propone el líder del PP. Este se firmaría en la primera renovación del permiso de residencia y trabajo, afectaría a todos los extranjeros, excepto los comunitarios y sería un documento formal, con el compromiso mutuo del inmigrante y de la sociedad española en favor de su integración. Los compromisos que adquiere el inmigrante son el cumplimiento de las leyes españolas, el respeto a las costumbres de los españoles, aprender español y, si lo desea, otra lengua cooficial, pagar sus impuestos, trabajar activamente para integrarse y retornar a su país si por espacio de un periodo de tiempo carece de empleo y de medios para sostenerse. De llegar al poder el PP, el futuro Gobierno les concedería los mismos derechos y prestaciones que a un español, le ayudaría en su integración, respetaría sus creencias y costumbres particulares, mientras no sean contrarias a las leyes españolas, le enseñaría el español y, si lo desea, la lengua cooficial del lugar donde resida, le ayudaría y formaría para encontrar empleo y retornaría a su país de origen si por un periodo de tiempo carece de empleo y de medios para sostenerse. Esta medida no es del todo nueva ya que en países como Dinamarca, Holanda, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Francia y Estados Unidos a los inmigrantes se les obliga a conocer la lengua del país, sus costumbres y respetar sus leyes. De momento el Partido Socialista no ha mostrado cuáles son sus intenciones en esta materia si gana las elecciones el 9 de marzo.