INMIGRACIÓN
Integración, adaptación o desempleo son los grandes problemas del inmigrado
Por Paula López1 min
Sociedad10-02-2008
Cada año, las cifras de inmigración en España aumentan a un ritmo considerable. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en enero de 2006, estaban empadronados 3.884.000 extranjeros en España procedentes, sobre todo, de Ecuador, Marruecos y Bulgaria.
Las comunidades autónomas destino de los inmigrantes son, en su mayoría, Madrid y Cataluña (135.876 y 112.842, respectivamente). En la actualidad, de 45.200.737 habitantes que posee España, el 8,4 por ciento procede de otro país. Para los extranjeros no es fácil enfrentarse a otra cultura y tener que aprender un nuevo idioma. Ambos constituyen, entre otros, las principales barreras a la hora de integrarse en el nuevo país. Los problemas legales como la obtención de los papeles de residencia, permiso de trabajo y condiciones laborales normalizadas forman parte también de una larga lista de problemas a los que se tienen que enfrentar estos ciudadanos. Los inmigrantes tienen que enfrentarse, además, a diversos obstáculos derivados de la convivencia con el resto de habitantes españoles, como la aceptación social o la inserción laboral en condiciones legales. Con respecto a la concesión del permiso de residencia, el número de solicitudes ha aumentado considerablemente en los últimos años. Una muestra de ello son las interminables colas que se forman en las oficinas de extranjeros, jefatura superior o comisarías de policía. En los últimos años, el 60 por ciento de las solicitudes consiguieron el permiso de residencia, incluso algunos colectivos alcanzaron cifras cercanas al 80 por ciento (Ecuador, Perú, Bulgaria y Colombia). Como fruto del último proceso de regularización de la inmigración en España, en 2005, se ha producido un ligero aumento en el crecimiento de la natalidad, un 1,54 por mil entre 1998 y 2005 (9,19 y 10,73, respectivamente). Las previsiones apuestan a que la cifra seguirá aumentando a un ritmo del 23 por ciento anual, de tal forma que, en 2050, un 25 por ciento de los residentes en España habrán nacido en otros países.