CRISIS ECONÓMICO-SOCIAL
Argentina se declara en suspensión de pagos
Por Raquel González2 min
Economía23-12-2001
El hartazgo de los argentinos ha dejado duras imágenes de auténticas batallas campales, saqueos, coches calcinados, comercios destrozados y lo peor, 27 muertos. Algo así era de esperar. Los argentinos viven soportado restricciones bancarias, retrasos en los pagos de las jubilaciones, recortes en las inversiones sociales... Tantas han sido las exigencias que resulta sorprendente que la explosión social no se haya manifestado antes.
El nuevo presidente de Argentina, Adolfo Rodríguez Saá, designado después de la ola de dimisiones, ha declarado la suspensión de pagos de los 132.000 millones de dólares que conforman la deuda externa. Esto significa que Argentina perderá todo crédito internacional y no recibirá más ayudas económicas hasta que no se vea muy claro hacia dónde camina el país. La situación tampoco variará tanto de la actual, ya que el Fondo Monetario Internacional, que ha evadido responsabilidades en la crisis, le había negado el último crédito que ascendía a 1.260 millones de dólares. La principal consecuencia que tendrá la suspensión de pagos para los ciudadanos será que los bancos pondrán más restricciones para conceder crédito. Por tanto, la ciudadanía dispondrá de menos dinero para gastar y no se podrá reactivar la economía que correrá el riesgo de ahondar en la recesión. El menor gasto supondría el cierre de muchas empresas que a su vez efectuarían miles de despidos. Otra de las medidas que está estudiando adoptar el nuevo Gobierno argentino es la adopción de una tercera moneda, el Lecop, que servirá para pagar parte de los salarios estatales y de las jubilaciones. El Lecop surge ante la imposibilidad de emitir más pesos, ya que para mantener la paridad 1 a 1 con el dólar, habría que contar con el mismo incremento en la cantidad de dólares. La devaluación ha sido totalmente descartada por Rodriguez Saá. La opción de devaluar es vista por muchos como la única solución a la crisis, aunque en un primer momento resultaría una decisión traumática ya que todos los depósitos bancarios que la gente tenga en dólares se convertirán en pesos y verán cómo sus ahorros menguan hasta un 40 por ciento. En cambio, sus deudas, adoptadas la mayoría en dólares, seguirán estando en esa moneda, con lo cual la cantidad a pagar será mayor. Mientras unos dimiten y otros juran sus nuevos cargos prometiendo acabar con el desempleo y la crispación social, la clase media argentina va desapareciendo. Cada día, según una encuesta publicada por el diario Clarín, 2.000 argentinos provenientes de esa clase media entran a englobar la lista de la pobreza. Tras cuatro años de recesión, en los que el Producto Interior Bruto se desploma a un ritmo del 12 por ciento cada año, a los argentinos les empieza a pesar demasiado la incertidumbre de su futuro.