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ARGENTINA

Cristina Fernández, de primera dama a presidenta de la República

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional04-11-2007

Nacida en La Plata, provincia de Buenos Aires, hace 54 años, Cristina Fernández de Kirchner es en su país natal el claro ejemplo de una mujer que ha sabido compatibilizar su carrera política con su familia. Abogada de profesión y política por vocación, esta mujer no se ha separado de su marido Néstor Kirchner desde que se conocieran en la Universidad y con él ha llegado al escalafón más alto de la sociedad argentina, la Presidencia de la República.

Dos años después de que su marido comenzara una efervescente carrera política como alcalde de la ciudad de Río Gallegos, Cristina Fernández de Kirchner era elegida miembro del Congreso de Diputados de la provincia de Santa Cruz, cargo que ocuparía hasta 1995, cuando dio el salto al Senado nacional. Cuatro años antes, en 1991, Néstor Kirchner era elegido gobernador de esa misma provincia. Con el paso del tiempo, el matrimonio de abogados construyó una exitosa carrera política que culminó con la elección de Néstor Kirchner como presidente de la República y, cuatro años más tarde, con la sucesión en el cargo de su esposa, que se ha convertido en la primera mujer en ser elegida presidenta de Argentina -Evita Perón fue elegida vicepresidenta y se convirtió en jefa de Estado a la muerte de su marido. Si bien Cristina Fernández no puede negar que su carrera política está íntimamente ligada a la de su marido, al que sin duda le debe la victoria en las urnas, lo cierto es que la hasta ahora primera dama ha sabido batallar por sus responsabilidades al mismo tiempo que cuidaba de su familia. Con dotes de mando y una excelente y calculada oratoria, Cristina, como la llaman los ciudadanos, ya ha anunciado la línea política de su Gobierno, continuar con la labor desarrollada por su marido durante los últimos cuatro años. Entre sus prioridades estarán acabar con las bolsas de pobreza y desempleo, así como mejorar la educación y la sanidad. "Sueño también con imponer la marca Argentina en el mundo, con que nuestros empresarios puedan colocar más y mejor sus productos en el exterior, porque ésta es la única manera de hacerse conocer”, consideró la nueva presidenta en su primera entrevista tras ser elegida jefa de Estado. En esta línea, señaló como “central” en sus próximos cuatro años “aumentar los vínculos con el mundo”, así como incrementar y consolidar las exportaciones argentinas. “Me gustaría que nuestro país fuera un gran exportador como Alemania, con altísimo grado de tecnología. Creo que podemos hacer grandes cosas en agroalimentación e informática”, matizó. Con todo, Argentina tendrá, durante los próximos cuatro años, una presidenta firme y decidida que no duda en desear su éxito a otras mujeres en liza electoral, como Hillary Clinton, a la que ve como “favorita de los americanos” y a la que ya ha postulado para el cargo: “otra presidenta no estaría mal”.