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NORMA SUPREMA

Aires de renovación en la onomástica de la Constitución

Por Elena López OlivaTiempo de lectura2 min
España07-12-2001

Reproches y malas caras es lo que se vio el pasado día 6 en la celebración de la onomástica de la Constitución. Los socialistas quieren reformar la Constitución para potenciar el Senado y que los conflictos en las relaciones entre el Ejecutivo central y los autonómicos se debatan en la Cámara Alta. Una propuesta que no ha sido bien recibida por los populares.

El propio presidente del Gobierno, José María Aznar, descalificó ese mismo día cualquier tipo de reforma y arremetió contra las propuestas de política territorial del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y la posición soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe. Rechazó la posibilidad de un Estado federal por "anticonstitucional" y descartó la representación autonómica en la Unión Europea (UE). Para Aznar, la España constitucional y autonómica es la España de las libertades y de la pluralidad, así como la historia de un éxito, que ha durado 23 años y que puede durar muchos más. Por eso, dijo que los propósitos que los españoles aprobaron hace 23 años están ahora en el "punto culminante" de su desarrollo y están permitiendo que "las comunidades autónomas tengan más autogobierno que nunca, más competencias y más recursos" (se refería con esto a los traspasos de la sanidad y al modelo de financiación autonómica). Para el presidente del Gobierno, "cualquier propuesta de reforma constitucional no es una buena propuesta" porque "altera el pacto constitucional". Hasta ahora, la razón que daban los populares era su temor a que la reforma proporcionara a los nacionalistas la introducción del derecho a la autodeterminación. El jueves, sin embargo, durante la celebración de reunión de la Interparlamentaria del Partido Popular, celebrada en Zaragoza, Aznar rechazó la reforma constitucional en sí misma y defendió hasta la saciedad el Estado de las autonomías frente al Estado federal que proponen los socialistas. Para el PSOE, tan poder y tan Estado es una comunidad autónoma o un ayuntamiento como las Cortes Generales. Las comunidades, según Zapatero, participan de la idea de que también “son Estado". Pero las palabras del secretario general del PSOE suenan a poco entre los nacionalistas catalanes. La consejera de Gobernación catalana, Núria de Gispert, ha calificado de "media solución" la propuesta socialista. Convergencia i Unió entiende que debe tener presencia propia cada vez que se discutan materias cuya competencia sea exclusiva de la Generalitat.