CIENCIA
Apenas existen diferencias entre las céluas madre adultas y embrionarias
Por Esteban del Pozo
2 min
Sociedad07-10-2007
Es una célula que tiene la capacidad de dividirse indefinidamente sin perder sus propiedades y llegar a producir células especializadas. Con su experimentación se han logrado grandes avances en el mundo de la medicina, incluso se prevé que se alcance la cura contra enfermedades como el cáncer.
Sin ir más lejos, en España en la Clínica Universitaria de Navarra se ha curado un corazón infartado implantando este tipo de células del propio paciente. Se trata de las células madre. Existen cuatro tipos diferentes de células madre. La célula madre totipotente que puede crecer y formar un organismo completo, tanto los componentes embrionarios, como los extraembrionarios; la pluripotente que no puede formar un organismo completo, pero puede formar cualquier otro tipo de célula proveniente de los tres linajes embrionarios; las multipotentes que sólo pueden generar células de su propia capa o linaje embrionario de origen y las unipotentes que sólo pueden formar únicamente un tipo de célula particular. Estas células madre pueden ser adultas o proceder de un embrión. Las células madre adultas son más difíciles de aislar y cultivar en el laboratorio manteniéndolas en un estado de indiferenciación, sólo tienen la capacidad de convertirse en células del tejido del que habían sido obtenidas y pueden ser más difícilmente diferenciadas hacia una u otra estirpe celular genética. Pero las células madre también tienen inconvenientes desde el punto de vista científico, su uso conlleva riesgos de manejar células embrionarias inmaduras que pueden generar tumores desdiferenciados; las investigaciones con estas están mucho menos avanzadas incluso en fase clínica, y además, con las células madre de adulto se tendría la configuración genética del individuo susceptible de ser trasplantado, por lo que se evitaría así la posibilidad de rechazo inmunológico. Pero no sólo se plantea un asunto científico con este tema, las cuestiones de si merece la pena acabar con un ser vivo para salvar a otro o qué se considera realmente vida, también salen a relucir. El debate ético surge cuando para experimentar con estas células madre embrionarias se fabrican embriones, mayoritariamente in vitro, y luego se destruyen.