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ECONOMÍA ESPAÑOLA

Las previsiones de crecimiento en el 2002 disminuyen cinco décimas

Por Ana Romero VicenteTiempo de lectura2 min
Economía08-12-2001

El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, anunció que mantendrá los tipos de interés en un 3,25 por ciento para toda la zona euro. Si no aumentan, el 2002 podría cerrar sin apenas déficit y conseguir, así, un crecimiento del 2,4 por ciento, último objetivo estimado por el Gobierno español.

Hace tres meses, el ministro de Economía, Rodrigo Rato, anunció que el crecimiento de la economía española para el 2002 sería de un 2,9 por ciento. Y así se registró en los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, este dato se calculó antes del 11 de septiembre y muchas entidades consideraron que estas previsiones macroeconómicas eran demasiado elevadas respecto a una situación de crisis que afecta tanto a España como al resto de los países del mundo. Así, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, anunció un crecimiento no superior al 2,5 por ciento, y organismos internacionales como la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE) estimaron que el Producto Interior Bruto en España, o lo que es lo mismo, la riqueza total generada por el país, rondaría el dos por ciento. Con estos datos, más lejanos que cercanos a los estimados por el Gobierno, éste no ha tenido más remedio que revisar las previsiones iniciales, con el fin de ajustarse más a la realidad económica. Tras la reunión del Consejo de Ministros, el pasado viernes, el ministro de Economía anunció una revisión a la baja, que se traduce en una reducción de medio punto y se sitúa, por ello, en un 2,4 por ciento. Éste es el escenario que el Gobierno considera más probable, pero no descartó otros cuadros: el optimista, del 2,9 por ciento, y el pesimista, con un 1,8 por ciento de crecimiento para el 2002. El Gobierno justifica este descenso en sus previsiones por la desaceleración de la economía mundial y, sobre todo, por la caída del crecimiento de la economía estadounidense y europea. Las consecuencias de esta bajada sobre su objetivo inicial de crecimiento en España inciden directamente sobre la tasa de paro, que aumentará en el 2002, de un 11,5 por ciento previsto, hasta un 12,4 por ciento, es decir, esto supone 100.000 empleos menos en ese año. Por su parte, Duisenberg ha pedido a todos los países de la UE que mantengan el Pacto de Estabilidad, es decir, que no modifiquen sus objetivos, sus programas nacionales de estabilidad, con el fin de conseguir el equilibrio presupuestario en los próximos años. Asegura que no prevé un aumento de los tipos de interés, es decir, del precio del dinero, que han quedado fijados en un 3,25 por ciento y también considera que el crecimiento en la zona euro podría empezar a desarrollarse a partir del primer semestre del 2002.