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EDUCACIÓN

La objeción de conciencia ante la asignatura

Por Carlota BauerTiempo de lectura2 min
Sociedad28-07-2007

José Luis Rodríguez Zapatero llegó al poder en 2004 haciendo reformas. En el ámbito de la educación se aprobó la Ley Orgánica de Educación (LOE). Se trata de la sexta reforma educativa que hay en España en 27 años de democracia. Una de las novedades que destaca esta reforma es la creación de una asignatura fusión de la Ética, la Filosofía y valores ciudadanos llamada Educación para la Ciudadanía.

Según la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se trata de una asignatura que no tiene nada que ver con las creencias y asegura que no interferirá en la elección que los padres realicen en cuanto a la educación religiosa de sus hijos. Afirma, que "el único fin de esta asignatura es enraizar en los más jóvenes los ideales democráticos que ayudará a las futuras generaciones para convivir en sociedad". De la misma manera, afirma que la Educación para la Ciudadanía "fomenta los valores éticos". También, la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, manifestó en sus declaraciones que la asignatura es "la transmisión de conocimientos a los estudiantes sobre valores constitucionales y los Derechos Humanos", y que ésta es "imprescindible". Igualmente, muchos padres de familia insisten en que a pesar de que ellos sean los principales educadores de sus hijos, desean que en la escuela enseñen a los menores a convivir, a ser solidarios y todos esos valores que engloba la sociedad. Pero no todos los españoles comparten la misma opinión a cerca de esta nueva asignatura. Según el cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, consiste en una asignatura impuesta, que choca con el derecho a la libertad religiosa y de la enseñanza, y asegura que no se le puede imponer a los padres que deseen una formación religiosa para sus hijos. Lo que se cuestiona en definitiva es que el Estado no puede imponer a los padres de los alumnos una asignatura que choque contra la formación religiosa. También, que la materia no permite el derecho a la libertad religiosa y la enseñanza, y que con ésta se restringiría el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones. Unas 3.700 madres, en representación a 8.000 familias han solicitado un encuentro personal con el presidente del Gobierno para mostrarle su negativa a que a sus hijos se les imparta esta asignatura. Sólo en Andalucía se han presentado 1.600 objeciones.