EDUCACIÓN
Educación para la Ciudadanía llega a las aulas en septiembre

Por Irene Sánchez Martínez
4 min
Sociedad28-07-2007
Con el inicio del curso escolar arranca la enseñanza de Educación para la Ciudadanía. En septiembre comienza a impartirse la asignatura que el Ministerio de Ciencia y Educación, con Mercedes Cabrera a la cabeza y con el respaldo del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ha presentado como futura materia escolar. Los alumnos la estudiarán por ley en todos los centros docentes de España en el curso 2008-2009.
Desde que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anunciara la futura existencia de la materia, la polémica no sólo no ha cesado, sino que se ha acrecentado a medida que transcurría el tiempo y los contenidos de la misma iban viendo la luz paulatinamente. El respeto de las ideas del otro, el reconocimiento de los sentimientos propios y ajenos, la exposición de juicios, el análisis de la información de la prensa o el reconocimiento de las injusticias son algunos de los bloques que Educación para la Ciudadanía pretende desarrollar y poner en mente del alumno en el plazo de un año. No obstante, los contenidos de esta polémica asignatura van más allá de los conceptos abstractos presentados en el borrador del Ministerio de Educación. La Conferencia Episcopal de la Iglesia española, los foros en defensa de la familia y diversas asociaciones de padres de alumnos defienden el derecho del progenitor sobre la educación de los hijos, por lo que se rebelan frente a la intromisión del Estado en el derecho a la libertad de enseñanza de estos mismos y en la libertad religiosa de los alumnos. Educación para la Ciudadanía se impartirá en todas las provincias del país a partir del curso 2008-2009. Al igual que las demás materias, hará media con el resto de notas del alumno en las demás asignaturas, y, además, contará para repetir curso. El borrador de la misma fue ya presentado y resume a grandes rasgos los contenidos que el alumno recibirá a través de las lecciones previstas y que han generado en diversos sectores de la ciudadanía todo tipo de dudas en cuanto a sus contenidos y lo que va más allá de éstos, lo que algunos de ellos consideran adoctrinamiento o creación de la moral del pequeño. En cualquier caso, Educación para la Ciudadanía se presenta como una materia que permite ante todo, y siempre según dicho borrador, hacer ver al niño, desde la primaria, que deberá tener en cuenta y aceptar "la opinión de la persona contraria". La misión que se propone es clara y fundamental: crear ciudadanos que respeten y tengan conciencia de sus derechos y que cumplan a su vez con ellos. Esquema de enseñanza Se impartirá de esta forma en la primaria, en los cursos quinto y sexto, con el nombre de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos. En este ciclo, la asignatura tocará asuntos diversos, entre los que destacan tres pilares fundamentales, de los cuales partirán los demás contenidos: individuos y relaciones entre ellos, convivencia y relación con el medio y vida en sociedad. De ahí que, además, el alumno reciba lecciones en relación con la diversidad de religiones y culturas, las diferencias de género o los principios, derechos y libertades establecidos en la Ley Suprema, entre otros. En secundaria, la nueva materia proseguirá su curso y elevará de nivel los contenidos vistos anteriormente, y, de este modo, se adentrará en asuntos como la distinción entre la vida laica o religiosa de la persona o la enseñanza de la dimensión humana de la sexualidad. En cuarto de ESO, donde la asignatura se llamará "Educación ético cívica", se dará una formación al alumno en cuestiones de pluralismo moral, democracia, valor de la ley o la globalización. La polémica surge, precisamente, a raíz de los contenidos citados y que, según la Iglesia, asociaciones de padres y diversos colegios, atentan directamente contra la libertad personal, y, además, afirman que "el Estado se arroga un papel de educador moral" que suplantaría directamente la misión que los padres tienen, además, en virtud del artículo 27.3 de la Constitución. Además, numerosas asociaciones denuncian que tales doctrinas sólo devienen en laicismo, por intentar hacer ver que las religiones quedan recluidas al ámbito privado y son fuente de problemas para el progreso y la libertad; en relativismo, al alegar que el fin del diálogo sería alcanzar un consenso y no la verdad; y en positivismo, al observar la asignatura que lo previsto por la ley es lo correcto y rechazar de pleno la ley natural. A pesar de los esfuerzos que estos sectores realizan a diario para evitar que los alumnos reciban en un futuro los contenidos con los que están en pleno desacuerdo, el Ministerio de Educación ya lanzó un mensaje claro en el que se exponía que la asignatura, tal y como queda recogido en la Ley Orgánica de Educación, es obligatoria.