Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

CICLISMO

La montaña ¬hunde¬ a Vinokourov y encumbra a los españoles

Por Guillermo BenavidesTiempo de lectura5 min
Deportes15-07-2007

Como es costumbre, los primeros días del Tour de Francia demostraron el por qué muchas veces la siesta se hace viendo el ciclismo. En jornadas largas y soporíferas, los corredores parecen jugar al ratón y al gato. El pelotón le da esperanzas a los escapados para después quitárselas de golpe a poco de meta. No obstante, con la montaña volvió el espectáculo, con los españoles en las primeras posiciones y Alexandre Vinokourov pasando problemas.

Después de la aventura por dominios británicos, el Tour de Francia, como su propio nombre indica, llegó por fin a tierras galas, aunque solo fuese en la salida, ya que la llegada de la segunda etapa era en Gante, Bélgica. Como suele ocurrir en la primera semana de carrera, la jornada era propicia para los velocistas, aunque un grupo de tres escapados entre los que figuraba el español Rubén Pérez del Euskaltel, que llegó a ser líder virtual, puso las cosas difíciles. Pero a tres de meta fueron neutralizados, y pudieron observar como poco después se produjo una monumental caída en la que se vieron implicadas una veintena de corredores, entre ellos, el líder Fabian Cancellara (CSC). Al final, un grupo reducido disputó el esprint, del cual salió vencedor sin querer Gert Steegmans cuando estaba lanzando a su jefe de filas Tom Boonen, ambos del Quick Step. Al día siguiente, se volvería a Francia donde Cancellara demostró que los ciclistas están hechos de otra pasta. Se escaparon dos corredores que llegaron a tener una renta de 13 minutos. Cuando se estaban acercando a la última ascensión de la etapa, una cota de cuarta categoría, se les unieron Stephane Augé (Cofidis) y Frederik Willems (Liquigas), que le dieron otro ritmo a la fuga. Fue tal el cambio, que todo apuntaba a una llegada de estos. Pero la desconfianza entre los mismos hizo que el pelotón los alcanzase en la recta de meta. En concreto Cancellara, que aprovechó que salió bien de la curva anterior para sorprender a los velocistas e imponerse en una demostración de fuerza de voluntad ante el acoso de los demás corredores en Compiegne. Desde Villers Cotterets salieron en la cuarta etapa que acabaría en Joigny. Un grupo de cinco entre los que se encontraban los españoles Juan Antonio Flecha (Rabobank) y Gorka Verdugo (Euskaltel) fueron los encargados de poner suspense a la carrera, pero el sueño duró hasta diez de meta. Llegada en la que se impuso el noruego Thor Hushovd del Credit Agricole por delante de Robert Hunter (Barloworld) y Óscar Freire (Rabobank). Tras los primeros días de tranquilidad relativa, llegó la primera etapa que podía variar algo la clasificación general. Y lo hizo más de lo esperado. Cuatro ciclistas fueron los que formaron parte de la escapada del día, pero estos vieron cómo su esfuerzo fue en vano en el último puerto, donde fueron neutralizados. Tras descender el mismo, se llegó a Autun, donde se impuso el italiano Filippo Pozzato (Liquigas) por delante de Freire. Pero lo realmente significativo de la jornada fue el hecho de que el líder del Astaná, y máximo favorito a la victoria final del Tour, Alexander Vinokourov perdiese un minuto y 20 segundos debido a una caída, que además le dejó en mal estado, como a su compañero Andreas Klöden, que acabó con problemas en el coxis. Tenían una etapa para intentar recuperarse antes de afrontar los alpes. La sexta en concreto, con llegada a Bourg-en-Bresse. El vencedor de la misma fue Boonen por delante, otra vez, de Freire. Pero la atención del día se la llevó Bradley Wiggins (Cofidis), que probó suerte en solitario, y recorrió 190 kilómetros antes de ser absorbido por el pelotón a siete de meta, donde se disputó el esprint. Tras esto, los velocistas cambiaron el chip y se dispusieron a afrontar como pudiesen los alpes. Algunos incluso abandonando, como Freire. Porque ya la séptima etapa contaba con un puerto de relevancia, el Comlombière de primera categoría. Día propicio para poner a prueba a Vinokourov y Klöden. Pero no fue así, ya que sea por la falta de confianza de los favoritos, o por culpa de los famosos pingajillos, nada se movió en el pelotón. Solamente hubo emoción por ver que integrante de la escapada era capaz de llevarse la victoria de etapa. Fue el alemán Linus Gerdemann del T-Mobile, que convirtió el día nacional francés en el suyo propio al enfundarse además el maillot amarillo de la general. Aunque le duraría bien poco. La etapa con llegada en Tignes fue un recital por parte de Michael Rasmussen (Rabobank). El danés no se metió en principio en la escapada del día, por lo que su equipo se puso a trabajar para recortar diferencias. Además, estaba el hecho de que Michael Rogers (T-Mobile), un candidato al triunfo final estaba entre los fugados. Pero viendo que el tiempo se mantenía, decidió el dos veces campeón de la montaña en el Tour probar suerte de lejos. De ahí en adelante, fue un querer y no poder por parte de los demás ciclistas para intentar aguantar la rueda del escalador. Así fue hasta que llegó a la meta, donde aprovechando la ventaja sacada, se enfundó el maillot de líder. Mientras, por detrás, los candidatos al cajón más alto en los Eliseos solo se movieron en la última ascensión, y fue porque el veterano Christophe Moureau (Ag2r) atacó al inicio de la misma, llevándose consigo a una parte de los favoritos, y dejando a la otra descolgada. A la llegada, el renacido Iban Mayo (Saunier Duval) fue segundo a 2:47 del danés, seguido de Alejandro Valverde a 3:12. Vinokourov volvió a ceder más de un minuto, y el anterior líder, Gerdemann vio recompensado su esfuerzo manteniéndose en segunda posición de la general y como líder de los jóvenes. Después de esta interesante etapa, una jornada de descanso antes de afrontar la última etapa de los alpes.