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PAKISTÁN

El éxodo talibán: de las montañas de Afganistán a la seguridad de Pakistán

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional15-07-2007

Aunque el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, se puso del lado de Estados Unidos tras los atentados del 11-S en su “guerra contra el terror”, muchos expertos estadounidenses y think tanks cercanos a la Administración de George W. Bush, sospechan que no está siendo del todo leal. De hecho, se cree que el presidente se está embolsando la ayuda económica mientras no deja de apoyar a los talibán en Afganistán.

Cuando EE.UU. invadió Afganistán con el apoyo y el beneplácito de la ONU y la OTAN, la operación de limpieza comenzó en el norte y fue peinando el país hacia el sur. Washington pensó inocentemente que podía acabar con los talibán con esta estrategia y, durante un tiempo, logró arrinconar en el Sur del país a los guerrilleros. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha demostrado que los grupos talibán continúan activos en Afganistán y, lejos de ser exterminados, han logrado extender su influencia hacia el suroeste y oeste del país. Refugiados en las regiones montañosas del sur, los guerrilleros han vuelto a aprovecharse de su conocimiento del terreno para resistir al invasor, tal y como ya hicieron con la invasión soviética hace décadas. Sin embargo, también ha jugado un papel clave Pakistán. Musharraf se puso de parte de los talibán hasta que Washington le amenazó con el uso de la fuerza y ahora se sospecha que el presidente paquistaní podría estar poniendo la mano por un lado para recoger las ayudas económicas de EE.UU. y por otro financiando o mirando para otro lado cuando los talibanes entran en Pakistán por su frontera oeste. Su enemistad con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, quien le ha acusado en más de una ocasión de colaborar con los talibanes que tratan de acabar con la débil democracia afgana, da buena cuenta de cuál puede ser la situación en la frontera afgano-paquistaní. Sin embargo, el radicalismo también ha penetrado con fuerza en Pakistán a raíz de la invasión estadounidense del país vecino. Además de avivar la llama del enfrentamiento contra Occidente en todos los países islámicos, la invasión por parte de Estados Unidos de Afganistán e Iraq y el apoyo de Musharraf a la “guerra contra el terror” ha provocado que los sectores islamistas radicales de Pakistán cobren fuerza, especialmente en esos lugares de la frontera cercanos a Afganistán, donde los guerrilleros campan a sus anchas y que son blanco frecuente de los bombardeos estadounidenses.