Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ORIENTE PRÓXIMO

Abbas trata de ¬borrar del mapa¬ a Hamas en Cisjordania

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura2 min
Internacional08-07-2007

Con el Estado de Israel y la Comunidad Internacional más de su lado que nunca y con un relativo ambiente de paz en Cisjordania por parte de los milicianos palestinos y el Ejército israelí, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, tiene tiempo más que de sobra para dedicar a su nueva obsesión, borrar del mapa a Hamas. Tras años de descontrol total de las milicias tanto en Gaza como en Cisjordania, las prisas parecen apremiar ahora que los islamistas se han hecho con el control de la Franja. Cada día se anuncian nuevas medidas para acorralar a Hamas en los territorios aún fieles a Ramala.

La cúpula de Al Fatah lleva desde el golpe de Estado de Hamas en Gaza más preocupada que nunca por desarmar a las milicias islamistas. Tras años de intentos infructuosos por parte de la Comunidad Internacional de que los gobiernos palestinos ejercieran un férreo control de los grupos armados, en Ramala parecen haber espabilado ahora que su supremacía política está en jaque. El hecho de que Israel esté más dispuesto que nunca a trabajar codo con codo con la gente del presidente Abbas es también un aliciente, ya que Al Fatah ve por primera vez en mucho tiempo algo de luz al final del túnel. Y es que el partido presidencial sabe que si sale victorioso de su pulso con los islamistas puede estar llamado a ser el agente político de un hipotético proceso de paz. Pero Al Fatah, al menos de momento, va por partes. Cada día anuncia nuevas medidas para ahogar a los milicianos de Cisjordania. La pasada semana bien fuese en boca del propio Abbas o bien de su primer ministro, Salam Fayad, los anuncios de iniciativas legales para confiscar armas a asociaciones, milicias y particulares, controlar las organizaciones sociales que apoyan directa o indirectamente a los islamistas así como a los clérigos más incendiarios de la región florecían por doquier. Sin embargo, el éxito de la estrategia parece no acabar de cuajar en Cisjordania. Con una organización estatal y policial muy débil, casi todos los agentes afectados por las nuevas medidas se ven en una posición lo suficientemente fuerte como para plantarle cara al presidente, al primer ministro y al Gobierno de emergencia. Incluso la propia milicia de Al Fatah, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, que ha hecho oídos sordos al llamamiento gubernamental a destruir sus arsenales y promete dar guerra si alguien intenta hacerles cumplir con la ley por la fuerza. Yihad Islámica y por supuesto Hamas también han rehusado entregar sus armas. El Movimiento de Resistencia Islámica ya ha dado además un toque de atención al presidente asegurando que si cumple su deseo de desplegar tropas internacionales en la región les recibirá como a un Ejército enemigo. Una prueba más de que la sombra de Ramala aún no es lo suficientemente alargada en Cisjordania y mucho menos en Gaza.