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LIBERTAD DE EXPRESIÓN

El reportero de la BBC secuestrado en Gaza disfruta de su libertad

Por Silvia Álvarez-Buylla MartínezTiempo de lectura2 min
Comunicación09-07-2007

El reportero de la BBC secuestrado en Gaza, Alan Johnston, ya está en su casa, en Gran Bretaña. Después de 114 días de cautiverio en los que ha vivido encadenado de pies y manos, en una habitación de 2 por 2,5 metros casi sin luz y con una radio, lo primero que ha hecho ha sido acudir a una peluquería para “quitarme la pinta de recién secuestrado”. Ya feliz, Johnston se reúne con su familia mientras afirma su intención de volver a tener un micrófono en sus manos.

"Es difícil creer que hace tan sólo cuatro días estaba en aquella celda en las profundidades de Ciudad de Gaza, y ahora estoy aquí con mi familia en este lugar tan bello y pacífico". Johnston disfruta ahora de su libertad como si nunca la hubiera tenido. Han sido muchos días de sufrimiento. Durante 16 semanas ha vivido en una pequeña habitación, encadenado de pies y manos, a oscuras y con una radio que le permitía saber que en el centro de la noticia estaba él. "Yo literalmente soñaba varias veces con ser liberado y siempre despertaba de regreso en esa habitación". Ahora su sueño se ha hecho realidad y valora especialmente los pequeños momentos con los suyos. El periodista afirmó que la reunión de la familia en la cocina de sus padres fue "un momento para soñar" y añadió que "es algo que permanecerá conmigo toda la vida". El reportero ha explicado que lo mantuvieron encadenado 24 horas, pero que no pegaron hasta la última media hora del secuestro, cuando sus captores le dieron "una pequeña sacudida". Fue amenazado de muerte, le esposaron y le encadenaron, pero no le torturaron. Sin embargo, le colocaron hace pocas semanas un cinturón bomba y amenazaron con detonarlo si alguien intentaba liberarle. "Era tan extraño, el sentimiento de no poder hacer nada y todo, todo el mundo estaba trabajando por mí", afirmó. Johnston agradece toda la ayuda recibida. “Honestamente, creo que si no hubiera sido por la presión verdaderamente seria de Hamas, ese compromiso de poner fin a muchos problemas de seguridad en Gaza, es posible que yo hubiera permanecido en esa habitación mucho, mucho tiempo más”, matizó. Sus familiares, amigos y compañeros de trabajo son los que más han sufrido esta interminable espera de 114 días sin tener apenas noticias de Johnston. Sin embargo, el reportero también padeció esa angustia. “En las primeras semanas del secuestro -que fueron las peores- una de las cosas más difíciles de sobrellevar era el dolor y el estrés que les estaba provocando a mis padres”, señaló tras reunirse con su familia. "Sentía que les había traído el peor problema del mundo a sus vidas normales y tranquilas", añadió. El reportero de la BBC disfruta ya de su libertad en su casa rodeado de familiares y amigos. Lo primero que ha hecho al llegar a su ciudad ha sido cambiar de look para quitarme la pinta de recién secuestrado”. Sin embargo, ya manifiesta su deseo de volver a trabajar con un micrófono en sus manos. Su vocación periodística no ha decaido tras tantos días de sufrimiento y tras coronarse como el occidental secuestrado durante más tiempo en la franja de Gaza.