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CICLISMO

Moureau gana la Dauphiné Libéré

Por Guillermo BenavidesTiempo de lectura3 min
Deportes17-06-2007

La Dauphiné Libéré, siempre se ha considerado la antesala del Tour de Francia. Si es así, habrá que tener en cuenta al eterno aspirante francés Christophe Moreau, que ganó la prueba, como también al equipo Astaná en conjunto, indiscutible animador de esta edición. Alejandro Valverde estuvo en la pomada, pero un virus le apartó de la carrera.

La 59ª edición de la Dauphiné Libéré comenzó en Grenoble con una contrarreloj de 4,2 kilómetros. El ganador de la etapa y primer líder fue el británico Bradley Wiggins (Cofidis). El especialista contra el crono aventajó en un segundo al vencedor de la pasada edición, el estadounidense Levi Lepheimer (Discovery), en dos a Andrey Kashechkin (Astaná) y George Hincapié (Discovery), y en tres a Alejandro Valverde (Caisse d’Epargne) y David Zabriskie (CSC). En la primera etapa en línea, no cambiarían demasiado las cosas. Una escapada a poco de comenzar, con Nicolas Portal (Caisse d’Epargne) y Remy Pauriol (Credit Agricole) como protagonistas, buscaba sorprender, hasta que el equipo del líder puso el tren de persecución. La aventura terminó para los dos valientes del día a nueve kilómetros de la línea de llegada, en donde se impuso el alemán del Gerolsteiner Heinrich Haussler, por delante de Tom Boonen (Quick Step). Wiggins seguía de líder, condición que perdió al día siguiente, en una etapa de lucha por la general. Y el encargado de desposeerle del maillot fue Christophe Moureau (Ag2r). El veterano francés atacó a 34 km. de meta, a poco de coronar el puerto que subía, llevándose consigo a José Antonio Redondo (Astaná) y Kevin Seeldraeyers (Quick Step). Sólo el español pudo seguir el ritmo más delante de Moreau, pero no pudo plantarle cara en el sprint por la victoria. El pelotón, encabezado por Valverde, llegó a 33 segundos. Pero todo volvería a cambiar en la jornada siguiente. Una contrarreloj, esta vez de 40 km., demostraría quiénes eran los principales candidatos al triunfo final. Los kazajos mostraron sus credenciales. Los dos compañeros en el Astaná, Alexander Vinokourov y Kashechkin, se impusieron con claridad al resto de rivales, de tal manera, que el primero de ellos, vencedor de la Vuelta del 2006, consiguió el maillot de líder. Una subida que nunca falta a su cita con la Dauphiné es el Mont Ventoux. Cima que agrandaría su leyenda gracias a Valverde, y en menor medida a Vinokourov. El español entró penúltimo por culpa de un virus que le obligaba a devolver todo lo que ingería. El kazajo, en tanto, no quiso o no pudo seguir con los primeros a 10 de meta, por lo que acabó llegando a más de siete minutos. Pero no todo fueron desgracias. Moureau atacó a falta de 4,5 km y ganó la etapa al adelantar a su compañero Sylvain Calzati, que llevaba escapado desde el primer kilómetro. El nuevo líder sería Kashechkin, cuyo equipo dio un recital en la quinta etapa y demostró que en el ciclismo no todo es individualidad. La etapa la ganó Toni Colom, acompañado en la meta de Vinokourov. Los dos se fueron de una escapada y colaboraron para llegar sin mayores complicaciones hasta el final, donde el jefe de filas del equipo rechazó el ofrecimiento de su compañero, que le ofrecía la etapa, y se la regaló a él. El Astaná estaba imparable. Pero llegó la sexta etapa, donde tanto éxito les pasó factura. La victoria fue para un corredor del equipo, Maxim Iglinkiy, pero el liderato cambió de manos, y no precisamente para otro ciclista celeste. Los kazajos, en su empeño por preservar el maillot de líder, se pusieron manos a la obra para reducir la ventaja de Mikel Astarloza (Euskaltel), miembro de la escapada y que llegó a colocarse como líder provisional. Este esfuerzo hizo que cuando atacó Moureau, nadie pudiera neutralizarlo, lo que le otorgó el primer puesto de la general, a falta de una etapa. Una última jornada que bien pudo ser un paseo del campeón, o una trampa, dependiendo de las pretensiones que pudiese tener Cadel Evans (Davitamon), segundo a 14 segundos. Al final, tras una escapada que no asustó mucho, llegó un grupo de corredores importantes para disputarse la etapa. Leipheimer partía con ventaja con un ataque que hizo, pero en una curva cayó al suelo, hecho que aprovechó Vinokourov para abrir hueco y apuntarse su segunda etapa, la cuarta de su equipo, ante la mirada de Moureau, feliz vencedor de la Dauphiné Libéré 2007.