TEATRO REAL
Dos capitanes no pueden llevar el mismo barco
Por Roberto González García1 min
Cultura26-11-2001
Dos capitanes: Cambreleng y Sagi. Un barco: el Teatro Real. Juan Cambreleng era el Director del Teatro, su cabeza visible, pero presentó su dimisión el día que el ovetense Emilio Sagi asumió el cargo de Director artístico del principal escenario español, cargo con amplia independencia y sin necesidad de rendir cuentas a la dirección, pues se remite directamente al patronato del Real.
El problema de competencias ha sido resuelto por la ministra Pilar del Castillo aceptando la dimisión del que había sido director gerente del teatro desde su reinauguración en 1997. Cambreleng permanecerá en su puesto hasta Navidades, cuando se designará un sustituto. Cambreleng ha dimitido "por motivos personales y de comodidad. Cuando entré en este teatro yo encabezaba el trabajo de todo un equipo y las cosas estaban claras. Ahora, el patronato -máximo órgano de decisión del centro- ha contratado a un director artístico y quiere hacer lo mismo con un responsable musical, el maestro Jesús López Cobos". Y añadió: "Yo no tengo nada contra Sagi ni contra el maestro López Cobos. Pero un teatro necesita una cabeza visible con responsabilidades y facultades. La última palabra la tenía yo. Ahora Sagi puede dar cuentas directamente y yo no me siento cómodo. Un barco, con dos capitanes se hunde". Son esas cuentas que Sagi rinde directamente al patronato lo que desconcierta a Cambreleng, que antes era el último responsable en el Real. Emilio Sagi, quien califica su relación con Cambreleng como perfecta, también declaró sobre el asunto: "He venido a lo que he venido. No a ser capitán, pero sí director artístico", continuando con la metáfora naval. Sagi dejó claras sus intenciones: Sus responsabilidades se centraban en decisiones artísticas y en la elaboración del programa. Su objetivo al acepar el cargo de la discordia fue "abrir puertas y ventanas". La dimisión de Cambreleng era una noticia sospechada desde hace tiempo debido a un cúmulo de incidencias durante la última temporada. Una convocatoria de huelga, que amenazó con echar abajo el estreno de Il trovatore, y el enfrentamiento público con Nacho Duato, director de la Compañía Nacional de Danza, parecen ser las gotas que colman el vaso.