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CIUDADANOS CONTRA LA VIOLENCIA

Las víctimas de ETA se hacen oír en el Vaticano

Por Elena López OlivaTiempo de lectura2 min
España02-05-2001

Los representantes de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y del Colectivo Víctimas del Terrorismo (COVITE) rogaron a su Santidad que abogue públicamente por "hacer valer los principios cristianos" en el País Vasco, de modo que pueda alcanzarse el final de la violencia. El presidente de AVT, Juan Antonio Corredor, ha afirmado que le han pedido tres cosas al Pontífice: "que siga con su mensaje de recuerdo de las víctimas, que siga condenando a ETA y a los nacionalismos excluyentes y que interceda ante la Iglesia española, y especialmente ante la Iglesia vasca, para que abandone su ambigüedad con los terroristas".

Las víctimas del terrorismo de ETA estuvieron representadas por tres asociados de peso. Por un lado, Juan Antonio Corredor, gerente de la Asociación de las Víctimas del Terrorismo. Y, por otro, Vicky Uriarte y María del Mar Negro, en nombre del Colectivo de las Víctimas del Terrorismo (COVITE). Durante la audiencia le han hecho saber a su Santidad que la Iglesia vasca está más cerca de los terroristas que de las víctimas y le han reprochado el no haber hecho nunca una condena explícita de ETA. "Ha condenado el terrorismo en general", puntualizó Uriarte, "pero es ETA la que siembra el terror y hay que nombrarla". A juicio de Corredor "hay demasiado corporativismo en la Iglesia española, demasiada ambigüedad, se necesita más claridad sobre esta cuestión". Criticaron la existencia de una organización de sacerdotes que apoya a ETA, Herri Elisa 2000, y sobre todo denunciaron que la Iglesia vasca ha hablado en ocasiones de pedir perdón pero nunca se ha exigido el arrepentimiento de los terroristas, algo que a juicio del colectivo de víctimas del terrorismo es necesario. Todo esto coincide con los continuos ataques de la kale borroka. El mismo día que el Colectivo de Víctimas del Terrorismo era recibido en el Vaticano por su Santidad Juan Pablo II, en Pamplona un joven de 27 años resultaba agredido por un grupo de encapuchados en el barrio de Chantrea. Esa acción pudo costarle la vida. Una lluvia de cócteles molotov le abrasó la cara. Mientras se recupera de las heridas en el Hospital de Navarra, Jorge Goñi afirma que es consciente de ser una víctima más y de que hay mucha gente que sufre y mucho peor que él. No obstante, sobre él recae la sospecha de haber participado en acciones de kale borroka y en la colocación de una bomba casera meses atrás.