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CICLISMO

Di Luca, el ¬killer¬ de Spoltore

Por Álvaro HeraltaTiempo de lectura3 min
Deportes03-06-2007

Aldo di Luca fue un ciclista al que seguro pocos recordarán. Él inspiró a su hermano Danilo, que con apenas ocho años se sentaba frente al televisor para animarle mientras corría el Giro de Italia con el equipo de la Spiga Aurea di Spoltore. Para él era un sueño poder emularle y conseguir competir en la ronda italiana. Veintiún años más tarde el pequeño de los Di Luca no sólo le ha igualado, sino que ha dado un paso más al enfundarse la maglia rosa.

Nacido un 2 de Enero de 1976, Danilo di Luca ya mostró desde pequeño su carácter ganador al vencer en las carreras de verano que se organizaban en las colinas de su pueblo, Spoltore, en la provincia de Pescara. En su etapa preprofesional se adjudicó, en 1998, el Giro de Italia júnior y la medalla de bronce en los campeonatos del mundo Sub-23 de Valkenburg. De ahí dio el salto al profesionalismo y un año después fichó por el Cantina Tollo. En este equipo consiguió su primera victoria de etapa en una ronda de las consideradas grandes, el Giro, en el 2001. Gran aficionado a tocar la batería, Di Luca empezó a sonar en la élite ciclista en el 2005 en su primera campaña en el Liquigas tras abandonar el Saecco, en el que permaneció de 2002 a 2004. Ganó varias clásicas, como la Amstel Gold Race o la Flecha Balona y se impuso en la clasificación general del UCI ProTour. En ese año, además, finalizó cuarto en el Giro de Italia y los aficionados al ciclismo se empezaron a quedar con su nombre por el espíritu combativo y ambicioso que había mostrado ante el ganador, Paolo Savoldelli. Fue ahí cuando se le empezó a conocer como el killer de Spoltore. Tras su gran temporada, todos esperaban mucho del trasalpino en la ronda italiana de 2006, pero no estuvo a la altura de las circunstancias y finalizó en el puesto veintitrés, muy lejos del líder Ivan Basso. Supo reponerse y se enfundó durante un día el jersey oro de la Vuelta a España, pero no pudo competir por la victoria final ya que tuvo que abandonar para ayudar a su compañero Paolo Bettini a adjudicarse el Mundial de Salzburgo. Di Luca es también un modelo a seguir fuera de las carreteras, pues cede parte de los ingresos de sus camisetas personalizadas con el lema “Danilo di Luca Killer” a la asociación italiana de esclerosis múltiple. En el curso 2007 parece volver a ser el que deslumbró en el 2005. Tras ganar clásicas como la Milán-Turín o la Lieja–Bastoña-Lieja, se convirtió en uno de los grandes favoritos para el Giro 2007. Esta vez sí respondió a las expectativas y se proclamó vencedor final después de haber conseguido dos victorias de etapa y haber respondido bien a los ataques de sus rivales. Éste parece ser el año de Di Luca, puesto que su equipo, el Inter de Milán, además, se ha vuelto a alzar con el Scudetto de Italia tras muchos años sin conseguirlo. Algo que le ha producido tanta alegría como la bicicleta que le regaló su padre cuando era muy niño. El pequeño Danilo se obsesionó en que fuera de color dorado. Muy parecido al maillot amarillo que del líder del Tour de Francia y que lució en muchas ocasiones a mediados de los noventa su otro gran ídolo: Miguel Induráin. Nunca ha negado que le gustaría emularle, al igual que hizo con su hermano Aldo. Sabe que es muy difícil repetir la hazaña del navarro de conseguir Giro y Tour, pero para él, cuando tenía ocho años, también lo era el disputar la ronda italiana.