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GOLF

Los españoles destacaron en lo negativo

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
Deportes08-04-2007

Los golfistas españoles decepcionaron en el Masters de Augusta, donde fueron incapaces de adaptarse a las condiciones climatológicas y a las variaciones introducidas en el recorrido. José María Olazábal y Miguel Ángel Jiménez, al menos, pudieron pasar el corte, algo que no consiguieron Sergio García ni Severiano Ballesteros, que además finalizó con la peor tarjeta del torneo.

José María Olazábal, dos veces ganador de la Chaqueta Verde (en 1994 y 1999), no pudo repetir una de sus habituales buenas participaciones en Augusta. El guipuzcoano había finalizado entre los 15 primeros en 13 de sus 17 participaciones en la cita estadounidense, pero esta vez sucumbió a las novedades del recorrido. En un campo modificado para aumentar la dificultad, Olazábal tuvo un comienzo correcto, con cuatro bogeys en los hoyos 5, 6, 10 y 15, que maquilló con dos birdies al principio y al final del recorrido. Con 74 impactos, dos sobre el par, Olazábal se mantenía vivo. En la segunda jornada -75 golpes, con tres bogeys- no mejoró, aunque seguía con algunas opciones. Sin embargo, el descalabro llegó al tercer día, cuando un bogey en el primer hoyo y un doble bogey en el segundo lastraron su participación. Con cuatro bogeys más y un único birdie, Olazábal se fue a 78 impactos y quedó fuera de la lucha por las primeras posiciones. En la última jornada y ya desmotivado, completó un pobre recorrido en 77 golpes y se fue, con un total de 304, a 16 sobre el par del campo. A Miguel Ángel Jiménez todo le fue mal desde el comienzo. En un primer día para olvidar, el malagueño fue incapaz de bajar del par en ningún hoyo y, además, abandonó el campo de Augusta con siete pesados bogeys en el bolsillo. Una desastrosa tarjeta de 79 golpes le obligaba a consumar una milagrosa remontada y quería optar a algo. Pese a la dificultad de la empresa, Jiménez lo intentó. Comenzó con un birdie, aunque luego pasó dificultades en la mitad del recorrido: cuatro boogeys y dos birdies más le dejaron con una aceptable tarjeta de 73 golpes (uno sobre el par), que le permitía, al menos, superar el corte. Pero, igual que le sucedió al Olazábal, el frío con el que arrancó la competición el tercer día afectó a su juego. Tras comenzar con un doble bogey en el hoyo 4, Jiménez acabó con 76 golpes –cuatro bogeys incluidos–, a diez del primero y sin opciones de remontar. Algo mejor empezaron las cosas en la última jornada, pero ya era tarde. El malagueño tuvo un mejor día, aunque lo estropeó con un cuádruple bogey en el hoyo quince y acabó con 76 impactos, para un total de 16 sobre el par del campo, igual que Olazábal. La gran decepción para el público español, una vez más, fue la participación de Sergio García. Aunque esta vez, al igual que en 2001 y 2005, el golpe fue más duro, pues ni siquiera logró pasar el corte. El castellonense tuvo un comienzo discreto, con tres birdies, cinco bogeys, un doble bogey y muchos problemas al final del recorrido. Su tarjeta de 76 golpes le dejaba en una situación delicada y, para más inri, la cosa fue a peor al día siguiente. Dos dobles bogeys en los hoyos 5 y 11 fueron una losa demasiado pesada de levantar. Con cuatro bogeys más, Sergio firmó 78 golpes y acabó fuera del torneo. Peor le fue a Severiano Ballesteros. El veterano golfista español finalizó en la última posición del torneo con 22 golpes sobre el par del campo al término de la segunda jornada. Seve nunca fue capaz de hacerse al campo de Augusta. De hecho, logró sólo dos birdies en el torneo. Una tarjeta de 86 impactos el primer día y otra de 80 en el segundo, le condenaron a quedarse en el corte como el peor clasificado.