RELIGIÓN
Karol Wojtyla, a un paso de la santidad
Por Paula Portas
2 min
Sociedad02-04-2007
El convencimiento sobre la santidad de la que ya gozaba en vida el sumo pontífice Juan Pablo II (Karol Wojtyla) ha sido unánime y universal tras su muerte. El 13 de mayo de 2005, Benedicto XVI, anunció la apertura de la causa, y dispensó de los cinco años de espera que deben transcurrir tras la muerte del siervo de Dios hasta el inicio del proceso, para dar comienzo a su beatificación y canonización.
El proceso de beatificación se abrió oficialmente el 28 de junio de 2005 con una ceremonia inaugural en la basílica romana. Se dio comienzo con el rezo de las primeras vísperas de la festividad de los patrones de Roma, san Juan y san Pedro, y siguió con el juramento en latín del cardenal Ruini, los jueces del tribunal y los notarios. La primera fase es el análisis de la vida y de los escritos del siervo de Dios, audiencia de los testigos. Si el veredicto de ésta es positivo, el sumario pasa a la segunda fase, la de la Congregación para las causas de los santos, donde se analiza, con la ayuda de médicos y expertos, los favores extraordinarios que podrían ser milagros. Tras la certificación de un milagro, el difunto Papa puede disponer la beatificación. En la basílica de san Juan de Letrán tuvo lugar la clausura de la investigación diocesana sobre la vida, virtudes y vida de santidad de Juan Pablo II. Finalizada la primera fase del proceso, los miles de documentos que justifican la santidad de Karol Wojtyla fueron sellados en un acto celebrado en Roma, al tiempo que se sucedía el segundo aniversario de su muerte. Pero para recibir la beatificación se requiere un milagro obtenido a través de su intercesión y verificado después de su fallecimiento. Por ello, la curación milagrosa de la religiosa francesa, que tras implorar al difunto Juan Pablo II y escribir su nombre en un papel, vio cómo desaparecían todos los síntomas y dolores del avanzado Parkinson que padecía, ha sido el elegido al producirse dos meses después de la muerte de Juan Pablo II. Este milagro ha sido el escogido entre otras decenas de casos, que serán estudiados junto al resto de la documentación por la Congregación para la causa de los Santos, encargada de la segunda fase de la beatificación. Entre ellos el de la niña judía israelí que revela cómo fue socorrida por el Papa al final del Holocausto nazi, y el caso del cardenal Marchisano, que afirma que tras una caricia de Juan Pablo II en su cuello pudo volver a hablar. También el relato del arzobispo polaco Stanislao Dziwisz sobre la curación de un estadounidense que padecía un tumor de cerebro y sanó después de una misa privada con el Papa, en la que le dio la comunión a pesar de ser de religión hebrea. Se han mencionado otros milagros realizados por Juan Pablo, como la curación de una señora ciega que recuperó la vista después de ser tocada por el Papa y la sanación de un joven mejicano que tenía un tumor y se curó tras ser confesado por el Pontífice. El proceso continuará con estricto respeto de todas las etapas previstas y después de la beatificación se pasará a un segundo proceso, la canonización, para dar la aprobación de un segundo milagro y ser proclamado santo.