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MEDIO AMBIENTE

El temporal desborda el Ebro y reabre el debate sobre el trasvase

Por Cristina Arias Tiempo de lectura2 min
Sociedad06-04-2007

El deshielo y las intensas lluvias de los últimos días provocaron la alerta en toda la cuenca del Ebro. Una vez pasado el mayor peligro, los vecinos evalúan los daños mientras los políticos retoman la discusión sobre el trasvase.

La Semana Santa llegó acompañada por una borrasca que dejó agua y nieve a su paso por el norte y el este peninsular en la primera mitad del periodo vacacional. La mejor parte se la llevaron las estaciones de esquí, sobre todo las catalanas, que vieron como su instalaciones se llenaban de gente al mismo que ritmo que de nieve. La peor fue para la cuenca del Ebro porque aunque ha sido la zona que ha registrado un mayor aumento en la capacidad de sus embalses -están al 68,5 por ciento-, las grandes crecidas del río provocaron las alertas en los pueblos de las riberas a su paso por Navarra, Aragón y Cataluña. Pero, aunque hubo que realizar alguna evacuación preventiva y la subida de las aguas superó los siete metros de altura en algunos puntos (como en Alagón en la provincia de Zaragoza), la riada fue menor que en el año 2003. La crecida del río, que se fue desplazando aguas abajo con el paso de los días, provocó inundaciones en carreteras, desbordamientos en zonas de las tres comunidades (sobre todo en zonas de cultivo) y algunos desprendimientos. El pasado Viernes Santo, día 6, llegaba a Zaragoza con una altura máxima de 5,19 metros y un caudal de 2.282, 44 metros cúbicos por segundo. Y, aunque experimentó un descenso continuado, Alfredo Boné, consejero de Medio Ambiente de Aragón, decidió mantener la alerta máxima. Además, el caudal inundó parte del meandro de Ranillas afectando así a las obras de la Expo 2008. Ahora, mientras todo se estabiliza, se evalúan los daños. Los agricultores -entre 2.000 y 2.500-, que han visto como se anegaban unas 4.000 hectáreas de terreno de cultivo, ya dan por perdidas cosechas enteras de cereales y hortalizas. Y eso sin contar los daños a las infraestructuras y los sistemas de regadío. Por esto, UAGA-COAG y UPA, los principales sindicatos agricultores, piden que las inundaciones se declaren desastre natural para recuperar las pérdidas. Unas pérdidas que, según José Manuel Roche, secretario de UPA Aragón, se estiman en torno a los 30 millones de euros. La crecida ha reabierto el enfrentamiento político acerca del trasvase. Y, mientras el Partido Popular (PP) culpa al Gobierno de las inundaciones debido a la paralización del Plan Hidrológico, Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, los acusa de demagogos y recuerda que el Gobierno derogó el trasvase porque la Comisión Europea dijo que no daba "ni un euro". Además, aseguró que gracias a esa agua, que el PP considera desperdiciada en el mar cuando la podrían aprovechar Murcia y la Comunidad Valenciana, sigue existiendo el Delta del Ebro. Juan Alberto Belloch, el alcalde e Zaragoza, se posicionó abiertamente: "Las riadas son cíclicas pero, aun así, no justifican un trasvase, ya que carece de todo sentido económico y financiero".