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CUMBRE OMC

La liberalización da su octavo paso

Por Asún LosadaTiempo de lectura2 min
Economía15-11-2001

Los principales temas tratados en la Cumbre de Doha han sido agricultura, textiles y medioambiente. Sin embargo, otros temas importantes como la relación entre las políticas de competencia y el desarrollo de los países se dejaron de lado. Dentro de las medidas liberalizadoras impulsadas por la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) está la reducción de ayudas a la agricultura por parte de la UE.

La unión de países del Mercosur ha sido uno de los principales opositores de las subvenciones con las que la UE incentiva la agricultura, ya que les sitúa en desventaja respecto a los países europeos. La UE está a favor de mantenerlas debido a las presiones internas de Francia e Irlanda. Francia recibe el 23 por ciento de las ayudas por ser el país europeo que más alimentos produce; mientras que España recibe sólo el 3,5 por ciento. El comisario de Agricultura, Franz Fischer, se quejó, a puerta cerrada, de que no era posible negociar unos intereses tan contrarios a los de la UE. Respecto a los textiles, en la cumbre, India, Bangladesh y Pakistán han reivindicado la reducción de tasas por importación en los EE.UU., que alcanzan el 28 por ciento del precio total, y en Canadá. India también reivindicó que la UE eliminase las garantías para la competencia y la protección de las inversiones. Pese a la negativa inicial de EE.UU., India no quería irse de Qatar sin alcanzar su objetivo, algo que, finalmente, no consiguió, por lo que tuvo que ceder y aceptar las condiciones de la octava liberalización. Por su parte, los países subdesarrollados han logrado un objetivo importante: la liberalización del mercado del medicamento, es decir, el acceso a las patentes medicinales que les dan derecho a fabricar e importar fármacos a bajo coste para garantizar la salud pública. Estas medidas también permitirían la elaboración de medicamentos genéricos, más baratos. A punto de cerrar los cinco días de negociaciones, China y Taiwan se han incorporado a los acuerdos, lo que supone un mercado de unos 1.300 millones de consumidores. De este modo, además de favorecer el comercio, cuya previsión de crecimiento es de un dos por ciento, también se logrará que Pekín relaje el control político y elimine privilegios a los burócratas. La importancia de esta octava ola de liberalización radica en que si se eliminan las barreras el Producto Interior Bruto (PIB) aumentará en casi doce millones de euros (dos mil millones de pesetas).