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ETA

Palate y Estacio, las dos primeras víctimas mortales de la banda desde 2003

Por Angie RigueiroTiempo de lectura3 min
España06-01-2007

Los equipos de bomberos del Ayuntamiento de Madrid encontraron entre los escombros de la Terminal 4 de Barajas los cuerpos sin vida de las dos primeras víctimas de ETA desde el 2003, Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. Sus cuerpos fueron trasladados a Ecuador para ser enterrados en su país.

Las dos últimas víctimas del terrorismo de ETA y sus familias, de origen ecuatoriano, se han encontrado de frente con el dolor que provoca el terrorismo. Es inevitable que no se formulen la pregunta, una y otra vez, de qué tienen ellos que ver con un pretendido derecho de autodeterminación de un pequeño trozo de terreno en la Península Ibérica. Lo mismo que las miles de víctimas que lleva ETA a sus espaldas. Sin embargo, una vez más dos personas han sido golpeadas, heridas y castigadas por la violencia de la banda terrorista ETA. Los restos del cuerpo sin vida de la primera víctima, Carlos Alonso Palate, se hallaron el pasado miércoles a las 18:45 horas por los equipos de bomberos. Sin embargo, el cadáver fue recuperado a las 02:30 de la madrugada siguiente. El Instituto Anatómico Forense determinó que murió por una parada cardiorrespiratoria por compresión. El cuerpo se encontraba en el asiento del copiloto cubierto por una manta y era fácilmente reconocible, a pesar de los daños sufridos tras el derrumbe del aparcamiento. El cadáver fue trasladado a un hospital del mismo aeropuerto, lugar en el que se localizó su documentación y se le tomaron las huellas dactilares para su reconocimiento oficial. Su funeral tuvo lugar el pasado viernes a las 4:30 de la tarde en Ecuador. Dos patrullas de la Policía llegaban escoltando una furgoneta negra donde viajaba el féretro de Palate. El sufrimiento inundaba el velatorio, al que acudieron la secretaria de Estado de Iberoamérica, Trinidad Jiménez, y el embajador de España en Ecuador, Juan María Alsina. La madre de la víctima, desconsolada, lloraba de dolor junto al féretro de su hijo. “Yo no te pensé esto, mi negro; me quiero ir contigo, mi hijito”, lamentó. La familia será indemnizada con más de 225.000 euros MÁS DE 35 HORAS DE RESCATE El cuerpo de Diego Armando Estacio fue rescatado a las 9.35 horas del pasado sábado 6. El levantamiento del cadáver fue ordenado por el juez de guardia de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, tras 31 horas de trabajo. El féretro con los restos mortales de la segunda víctima han sido trasladados a Ecuador. Un Boeing 707 del Ejército del Aire partió hacia Guayaquil a las 17.30 horas desde la base aérea de Torrejón de Ardoz, acompañado por 29 familiares. El entierro tendrá lugar en la localidad de Machala. El joven ecuatoriano, el día anterior del atentado, había estado jugando al fútbol con sus amigos y por la noche se fue con su novia Verónica a las discotecas latinas de Nuevos Ministerios. Juntos acudieron, después de la fiesta, a la Terminal T-4 de Barajas para recoger a la madre de uno de ellos. Estacio, rendido por el cansancio, decidió quedarse a dormir en el coche, en el momento en el que explotó la bomba. “No me imagino la vida sin Diego”, afirmó Verónica. Los bomberos introdujeron la pasada madrugada del viernes una cámara en el interior del coche de la víctima, un Renault Clio de color blanco. De esta manera, pudieron apreciar imágenes de un brazo y un antebrazo, lo que confirmó que el cuerpo de Diego Armando se hallaba en el interior del vehículo. La autopsia ha revelado que el joven murió por insuficiencia respiratoria. Un bulldozer, dos palas excavadoras y una unidad de bomberos han trabajado sin claudicar para poder liberar al cuerpo sin vida de Estacio. Su búsqueda se centró en un lugar diferente, después de que la novia del desaparecido reconociera el pasado jueves, que el coche se encontraba aparcado entre las plazas 610 y 616 de la primera planta del módulo. Debido a la escasa capacidad de maniobra y al riesgo de derrumbe, las labores de rescate, desde la localización del vehículo hasta que éste fue extraído de los escombros, se prolongaron por más de 35 horas de trabajos continuos. Palate y Estacio han sido las primeras víctimas mortales de la banda terrorista en tres años y siete meses. El último atentado se produjo el 30 de mayo de 2003 en el que mataron con un coche bomba a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía en Sangüesa (Navarra).