HUNGRÍA
Gyurcsany o el socialismo opulento
Por Luis Miguel L. Farraces
2 min
Internacional24-09-2006
El primer ministro de Hungría, Ferenc Gyurcsany, es una clase de socialista un tanto atípica. Apodado como “socialista de limusina” por sus detractores (vive en una gran mansión rodeado de lujos), Gyurcsany es uno de los hombres más ricos del país magiar gracias a la política de privatizaciones que trajo consigo la caída del régimen comunista a principios de los 90. Pese a la riqueza que acumula, inmune a los vaivenes de la economía de su país, el actual primer ministro militó durante años en las Juventudes Comunistas.
Ferenc Gyurcsany nació en junio de 1961 en Pápa, al oeste de Hungría. Diplomado en Magisterio en el 84, Gyurcsany decide repentinamente dar un vuelco a su vocación y comenzar los estudios de Economía, que culminaría en 1990. Su carrera política comenzaría durante estos años, formando parte activa de las Juventudes Comunistas primero, y tras la caída del régimen marxista, siendo miembro de sus sucesoras, las Juventudes Democráticas de Hungría, de carácter socialista radical. Es precisamente a partir de la caída del régimen comunista cuando a Gyurcsany comienza a sonreirle la suerte y, con la consecuente política de privatizaciones que llevó consigo la llegada de la democracia, consiguió hacerse con un grupo de prósperas empresas, entre las que destaca ALTUS. De esta manera, Gyurcsany ocuparía el puesto número 50 en la lista de los hombres más ricos del país. Gracias en mucha medida al poder y a la popularidad que le dieron su condición de nuevo rico, su gran salto a la política se produce en 2002 cuando se convierte en consejero estratégico del por entonces líder de la oposición, Meter Medgyessy, del Partido Socialista. Gyurcsany supo desempeñar su cargo, ya que en 2002 los socialistas ganarían las elecciones y el actual primer ministro ocuparía la cartera de Deportes. Más tarde, en el verano de 2004, Gyurcsany deja de ocultar su ambición de hacerse con el puesto de primer ministro y Medgyessy, molesto por la presión, decide cesarle de sus funciones, en mitad de una crisis con los socios de gobierno de los socialistas. Es esa crisis la que acaba provocando la caída de Medgyessy y, en consecuencia, la proclamación de Gyurcsany como primer ministro interino hasta las elecciones de abril de este año, cuando se convirtió en premier electo. Desde su llegada al poder, Gyurcsany se ha caracterizado por dar una imagen comunicativa (convoca hasta cuatro ruedas de prensa al día y tiene un blog personal en Internet) joven y fresca. Pese a la crisis política actual en el país, nadie duda del liderazgo del primer ministro dentro de su partido, donde confían en que será el único capaz de sacar del aprieto al país magiar.