GOLF
Europa cambia la historia de la Copa Ryder
Por Alejandro G. Nieto
2 min
Deportes24-09-2006
El campo de The K Club, en Kildare (Irlanda), fue testigo de la mayor hazaña del golf europeo. El equipo dirigido por Ian Woosnam se adjudicó su tercera Copa Ryder consecutiva, un hito inédito en la historia del torneo. El poderío de las parejas del Viejo Continente minó la moral de los estadounidenses en las dos primeras jornadas, y en la decisiva, Europa se dio un festín: Estados Unidos no respondió en los partidos individuales y acabó perdiendo por un contudente 18,5-9,5, el mismo resultado que dos años atrás.
El combinado europeo dominó desde la primera jornada, con el español Sergio García como gran líder. En los partidos de fourballs -enfrentamientos por parejas en los que se cuenta el mejor resultado de los dos compañeros-, Estados Unidos sólo consiguió ganar un partido, gracias a Tiger Woods y Jim Furyk, que doblegaron a Padraig Harrington y Colin Montgomerie. García y José María Olazábal no dieron opción a David Toms y Brett Wetterich, mientras la otra pareja estrella americana, formada por Phil Mickelson y Chris DiMarco, sucumbió ante Darren Clarke y Lee Westwood. El cuarto envite concluyó con empate, por lo que se llegó a los foursomes -partidos en los que cada pareja comparte la misma bola- con ventaja europea. Las diferencias aumentaron gracias a un García inmenso, que guió a su compañero Luke Donald a un épica victoria contra los todopoderosos Woods y Furyk. Los tres empates en el resto de partidos dejaban la eliminatoria en 5-3 al final del día. Los grandes dúos del Viejo Continente volvieron a funcionar en la segunda jornada: Olazábal-García y Westwood-Clarke se cargaron, respectivamente, a los pares Mickelson-DiMarco y Woods-Furyk. Así, el equipo de Ian Woosnam destrozaba la estrategia del capitán estadounidense, que asentó su juego sobre dos parejas de lujo. Harrington, bastante desacertado pese a jugar en casa, volvió a caer junto a Henrik Stenson en la única derrota de los europeos en los fourballs sabatinos. Después, en los foursomes, Europa consolidó su ventaja: Woods y Furyk dejaron en evidencia a los irlandeses Harrington y Paul McGinley, pero las victorias de García-Donald y de los ingleses Paul Casey y David Howell dejaron el tanteador en 10 a 6 para la jornada de partidos individuales. Woosnam sacó a sus mejores jugadores en los primeros enfrentamientos, para intentar sentenciar rápido. Pero Sergio se topó con un Stewart Cink inspirado que le impidió cerrar invicto el torneo. Montgomerie cumplió y los triunfos de Casey y Clarke contra Furyk y Zach Johnson bastaron para encarrilar la victoria final, pese al esperado triunfo de Woods. Stenson y Howell endosaron sendos correctivos a Wetterich y Vaughn Taylor, lo que dejaba a Europa a un punto de atar su tercera Ryder consecutiva. Lo consiguió el joven Luke Donald, que derrotó a Chad Campbell, y la fiesta se desató. El empate de McGinley, que consiguió sumar ante sus paisanos, y las victorias de Olazábal y Westwood cerraron la paliza, que maquilló Verplank al doblegar a Harrington.