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SEIS MESES DE ALTO EL FUEGO

La violencia y las intenciones de la banda siembran de dudas el proceso

Por Enrique García García Tiempo de lectura1 min
España23-09-2006

Estos seis meses de “alto el fuego” técnico se han visto constantemente sacudidos por subidas y bajadas del tono de la actualidad que han creado dudas sobre la estabilidad del proceso. Una de los primeras dificultades vino casi nada más empezar el alto el fuego, cuando varios empresarios navarros aseguraron haber recibido cartas de extorsión de la banda terrorista ETA.

Las misivas pedían como excusa una “invitación a colaborar en el proceso de paz”. El asunto no mató en la cuna a este proceso gracias a que las cartas, al menos la mayoría de ellas, fueron presuntamente escritas en los días previos a la declaración del alto el fuego por parte de la banda, y ofrecían una duda suficiente sobre la legalidad de sus intenciones, duda que, sin embargo, ha estado siempre presente desde entonces en todo lo relacionado con el proceso. Durante este tiempo el entorno abertzale más radical tampoco ha permanecido en silencio. Los sectores más extremistas ha protagonizado actos de vandalismo de fin de semana, mientras que otros han organizado diversas manifestaciones tras la mayoría de las cuales el poder judicial no ha visto a la ilegalizada Batasuna ni por consiguiente motivo legal para prohibirlas. Tampoco han ayudado a rebajar la tensión las conductas demostradas por los etarras encarcelados, cuyos trámites de procesamiento no se han detenido con el alto el fuego. Individuos como de Juana Chaos o Txapote han mostrado comportamientos violentos ante los tribunales, cometido desacato de forma reiterada e insultado a las familias de sus víctimas. Gestos que obligaron al Gobierno a recordar que se trataba de “hechos aislados”. Los aparentes intentos de Batasuna por saltar al protagonismo del proceso parecen estar detrás de varias de las movilizaciones y de los disturbios, así como de las declaraciones de líderes abertzales como Arnaldo Otegi dando impresiones poco halagüeñas sobre la marcha del proceso de paz. El incidente más reciente ha sido el hallazgo en el sur de Francia de los restos de un coche bomba en el que presuntamente los terroristas habrían probado una bomba lapa. Las dudas sobre las intenciones de la banda para desarmarse han estado siempre ligadas las esperanzas en el proceso de paz.