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TOROS

Jiménez y Hermoso, posibles triunfadores de San Isidro 2006

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos21-05-2006

Apenas comenzó la Feria de San Isidro 2006, cuando en una sóla tarde se cortaron cuatro orejas. Cuatro orejas ya son orejas en Madrid en estos tiempos que corren. Fue el jueves 11 de mayo. Los protagonistas: César Jiménez, que sumó dos, y Luis Miguel Encabo y Eduardo Gallo, que lograron un apéndice cada uno ante un encierro de Victoriano del Río.

Al día siguiente también logró dos apéndices el maestro de los banderilleros, David Fandila El Fandi, que desorejó a su segundo oponente el día 12. También tocó pelo uno de los toreros más esperados este mayo en Madrid, el francés Sebastián Castella. El diestro galo traía consigo un triunfo en Sevilla. También Madrid esperaba con ganas a otro de los espadas querido en la ciudad del Guadalquivir. El 13 del calendario no le importó a Fernando Cruz para cortar una oreja a un toro de Arauz de Robles en Las Ventas y ganarse una sustitución. Otra orejita cosechó Antonio Ferrera el domingo 14, mientras el calor se avecinaba sobre la capital de España. Y con el calor, llegó el tedio. Fue el día del patrón, con el Rey de España como espectador de lujo y con uno de los carteles de la Feria más atractivos sobre el papel: Juan Serrano Finito de Córdoba, Julián López El Juli y MiguelÁngel Perera. Ninguno paseó una oreja de los de Fuente Ymbro. También fue silenciada la labor de los novilleros el martes 16 y la tarde del 17 sólo la pudo salvar a última hora Serafín Marín, que dio una vuelta al ruedo. Antes Madrid había silenciado a César Rincón y abroncado a José Antonio Morante de la Puebla. El sopor del ambiente continuó contagiando de chucha a la afición madrileña que hubo de esperar un par de días. Esta vez, viernes 19 de mayo, el toreo llegó a caballo. Una vez más fue Pablo Hermoso de Mendoza, que salió en hombros de Las Ventas tras sumar dos orejas. Álvaro Montes cortó una. Una vez más Enrique Ponce demostró su sapiencia de maestro en Madrid, pero sin rematarla con la espada. Por eso la tarde del sábado 20 de mayo pasó sin trofeos, como también ocurrió al día siguiente, con la corrida de Guardiola.