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NBA

Atlántico: palabras mayores

Por José Luis Ajero AstudilloTiempo de lectura2 min
Deportes28-10-2001

Es la casa de Jordan, de Iverson, de Latrell Sprewell, de Tracy McGrady y de Grant Hill. Demasiados apellidos ilustres como dar un favorito claro. De lo que no cabe duda es de que en Florida se lo van a pasar pipa, ya que tienen a los Magic en Orlando y a los Heat en Miami.

Puestos a especular, se antojan como mejor equipo de la División los Magic. McGrady recupera de los infiernos de las lesiones al que fue primer sucesor de Jordan, Grant Hill, y además incluye a dos Boinas Verdes de lujo, Patrick Ewing y Horace Grant. Los Heat tienen al mejor pívot del Este, Alonzo Mourning, y eso que sus riñones siguen siendo una incógnita. Por si las moscas han fichado a veteranos que le acompañen desde fuera y le ahorren esfuerzos: Rod Strickland y Kendall Gill. Quizá no se deba olvidar que aquí juega el equipo del mejor jugador de la Liga el año pasado, Allen Iverson. Los Sixers han hecho unos equilibrios muy extraños este verano, pero con eso y todo parecen haber juntado un equipo de garantías con dos incorporaciones sonadas: Speedy Claxton, rookie (debutante) que se pasó la pasada campaña con la rodilla lesionada viendo los partidos en el banquillo, y Derrick Coleman, un tipo tan bueno como vago que vuelve a casa. Las lesiones de hombres clave, como Eric Snow, Aaron McKie o el propio Iverson les pueden lastrar. Esta zona se caracteriza por el carácter peleón de los equipos, por eso nadie puede sacar de las quinielas ni a New York Knicks ni a Boston Celtics. Dos mitos, dos equipos capaces de pelear hasta la extenuación y con un público a la europea. Por presupuesto, prestigio y jugadores no tendrían que recurrir los Knicks a estas tretas, pero su entrenador y la evidente falta de centímetros los somete. Para los Celtics de la primera campaña (entera) post-Pitino, los playoff serían una bendición. Antoine Walker y Paul Pierce se lo merecen. A estas alturas del análisis aún no ha aparecido Michael Jordan. Pero es complicado incluirlo en la lista de favoritos. Su vuelta será gloriosa por lo visto hasta ahora y será difícil errar en el pronóstico de que se va a hinchar a hacerlo bien; otra cosa es que le sirva para algo, pues se antoja complicado que consiga 100 puntos todos los días. No tiene compañeros de garantías que le aseguren los playoff, y ahí puede radicar buena parte de su frustración. Por último hay que hablar de los Nets de New Jersey. Este año se presenta un poco más optimista que los demás. Tienen más o menos lo mismo de siempre más Jason Kidd, un tipo que hará del juego un todo y no el Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como que exhibía su antecesor, Stephon Marbury. Ganarán partidos y quizás alcancen las eliminatorias por el título, pero dependerá más que de sus aciertos, de la desventura del resto de competidores.