ESPECTÁCULOS
Mueren Rocío Dúrcal y Eloy de la Iglesia
Por Eduardo Iglesias2 min
Espectáculos25-03-2006
Dos personalidades muy distintas, pero, sin ninguna duda, muy destacadas de la música y el cine nacionales han muerto esta semana. Rocío Dúrcal, cantante y actriz, una de las más notorias de los años 60 y 70, murió tras complicarse el cáncer que sufría desde hace años. Eloy de la Iglesia, director de cine esencial de la Transición, falleció el jueves.
Dúrcal fue una de tantas niñas prodigio de la canción y el cine español de los años 60 y 70. Como hicieron Marisol, Joselito y Pili y Mili, entre otros, empezó muy joven cantando y actuando en películas, una posibilidad que le llegó de la mano de su participación en concursos televisivos. Sus primeros trabajos fueron para Época Films junto al director Luis Lucía, como fue el caso de su debut, Canción de juventud. Al crecer pasó de niña prodigio a chica ye-ye, especialmente a partir de Más bonita que ninguna, en la que además conoció a su futuro marido, Junior, integrante de Los Brincos. En sus últimos años en el cine intentó desarrollar una carrera más dramática, incluso con varias incursiones en representaciones teatrales. Pero a partir de 1978 se dedicó en exclusiva a la música. Sus mejores resultados los logró merced a las composiciones de Juan Gabriel, con el que grabó varios discos de rancheras, el último de ellos Alma ranchera en 2004. Tanto en México como España Dúrcal se convirtió en una de las máximas figuras de este género musical. Eloy de la Iglesia, director de cine, nació en Guipúzcoa en 1944 y creció en un País Vasco donde su rebeldía no encajaba con la moral tradicional cristiana. Se empezó a dedicar al cine joven, con tan sólo 22 años, y casi desde el principio se pudo ver su gusto por los ambientes sórdidos y criminal. El éxito le llegó por primera vez con El techo de cristal, un filme donde se mezclaba crimen, erotismo y violencia. Pero su mejor época llegó a principios de los 80, especialmente con El pico y El pico II, donde hablada de dos de sus temas favoritos: las drogas y la homosexualidad. Reeditó el éxito con La estanquera de Vallecas, otra historia de crimen y drogas. Sin embargo, poco después de este filme De la Iglesia desapareció de la vida pública hasta 2001, año en que dirigió Los novios búlgaros, su última película.