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ORIENTE PROXIMO

Los esfuerzos de paz en Oriente Próximo no se materializan

Por Txema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional06-05-2001

Dieciséis personas (en su mayoría palestinas) perdieron la vida y cerca de medio centenar resultaron heridas en los diferentes episodios de violencia registrados a lo largo de la semana pasada. Tres personas fallecieron (dos de ellos niños) en un edificio de Ramala a principios de la semana por la explosión de un artefacto que posiblemente iba destinado contra dos activistas palestinos.

Además, un colono israelí murió a causa de los disparos recibidos cuando viajaba por una carretera cerca del asentamiento de Ramala. Un policía palestino perdió la vida al ser alcanzado por un obús de un carro de combate israelí. También el dirigente de la Yihad Islámica, Ajmed Jalil Ismail, fue abatido en el pueblo de Imaz por francotiradores israelíes, en la estrategia del Ejecutivo de Sharon de descabezar el movimiento terrorista palestino. El resto de víctimas perdieron la vida en enfrentamientos con las fuerzas israelíes o por disparos de uno u otro bando. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, respalda plenamente las actuaciones de sus tropas. El edificio de la inteligencia árabe en Dir al Balah así como los servicios de información palestinos en Jericó fueron objetivo de las tropas israelíes. Asimismo, el Ejército de Israel entró en áreas bajo control palestino con la intención de derribar edificios. Precisamente este asunto se ha convertido en uno de los más escabrosos para lograr la paz. El hecho de que Sharon apoye plenamente las pretensiones de sus colonos lo demuestra el ejemplo de que el Gobierno israelí se reuniese por primera vez en su historia fuera de su territorio nacional. El escenario escogido fue el asentamiento de Ofra, donde residía el israelí abatido a principios de semana por Hamas. En busca de la paz, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Simon Peres, viajó, tras su visita a Egipto, a EE.UU., donde se entrevistó con el presidente estadounidense, George W. Bush, y con el secretario de Estado, Colin Powell. Peres trató de convencer a Bush de que la negativa israelí al plan egipcio-jordano no supone un no rotundo a la paz y que el Gobierno de Sharon sigue abierto a la conciliación. Durante la estancia de Peres en EE.UU. se dio a conocer el Informe Mitchell, cuya comisión no recomendó el envío de una fuerza de paz a Palestina, culpó de manera simétrica a palestinos e israelíes de la violencia y mostró su preocupación por la implicación de la Policía palestina en la violencia.