VÍCTIMAS DE TERRORISMO
La mayoría de las víctimas se niegan a negociar la paz con ETA
Cabecera de la manifestación organizada por la AVT
Por Antonio Pérez3 min
España26-02-2006
Si las víctimas del terrorismo no estaban ya suficientemente divididas ante la Opinión Pública española, ahora surge un nuevo criterio para elegir bando: apoyar al Ejecutivo en la lucha antiterrorista o no. Los que más han sufrido el terrorismo reclaman un papel activo en la política nacional y que se les tenga en cuenta a la hora de decidir.
A las más que notables diferencias entre la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la Asociación de Víctimas del 11-M se les suma un nuevo elemento que podría volar por los aires los pocos puentes existentes entre las agrupaciones de afectados por el terrorismo en España. El apoyo o el rechazo al Gobierno en su política antiterrorista se ha convertido en un tema de debate que ha provocado una mayor división que afecta incluso a los integrantes de ambas asociaciones. En este sentido, las alusiones del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero a un cercano final de la banda terrorista ETA ha puesto en pie de guerra a los que, durante décadas, han sufrido de manera directa las consecuencias de la violencia. En una manifestación celebrada en Madrid, decenas de miles de personas secundaron la convocatoria de la AVT para pedir al presidente del Gobierno que no negocie con la banda y, de paso, también su dimisión. “¿Cómo vamos a confiar en un presidente que traiciona sus compromisos, que rompe el pacto antiterrorista, que no condena los atentados, que no se atreve a mirarnos a los ojos?, se preguntó el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz. La manifestación fue la representación visible del malestar de algunas víctimas de ETA, que consideran que los intentos del Gobierno para llegar a un final dialogado de la violencia suponen algún tipo de contraprestación a la banda para que deje de utilizar las armas como medio para cumplir sus objetivos. Además, acusan a Rodríguez Zapatero de entablar negociaciones con los terroristas. Por este motivo, escudados tras las pancartas de “No en mi nombre”, reclaman que la rendición absoluta de los terroristas se plasme en el fin de un conflicto “con vencedores y vencidos”. La manifestación contó con el respaldo del Partido Popular, que ha venido apoyando a la AVT en prácticamente todos sus actos públicos. El presidente del PP, Mariano Rajoy, afirmó que el objetivo debe ser “acabar con ETA” y no negociar con la banda. El número de manifestantes obligó al Gobierno a pronunciarse de nuevo sobre su política para acabar con el terrorismo. “Ni hemos negociado con ETA ni vamos a hacerlo”, remarcó el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, tal y como llevan haciendo los distintos representantes del PSOE durante los últimos meses. Además, el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, afirmó que el Ejecutivo “respeta todas las opiniones” y “seguirá apoyando a todas las víctimas”. En un tono conciliador, Moraleda justificó ese respaldo porque, a su juicio, “no hay víctimas de uno y otro bando”. Con los que mostró menos respeto fue por el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y el expresidente del Gobierno, José María Aznar, a los que acusó de “dividir el dolor” de las víctimas y aprovecharse de su situación con el único fin de criticar la gestión del Ejecutivo y tratar de desgastarlo. ”LA OPOSICIÓN TIENE QUE APOYAR AL GOBIERNO, AUNQUE SE EQUIVOQUE” Precisamente en la misma línea se había pronunciado días antes el expresidente del Gobierno Felipe González, en un acto de recuerdo al asesinato de Fernando Buesa y de su escolta, Jorge Díez. En presencia de la viuda de Buesa, González declaró que “el Gobierno tiene la responsabilidad de conducir la lucha contra el terrorismo y la oposición tiene la obligación democrática y moral de apoyarle, incluso cuando se equivoca”. Además, el expresidente recordó que “ningún Gobierno ha dejado de intentar” conseguir la paz y que ninguno ha dejado de “cometer errores durante esta difícil lucha”. También participó en el acto el líder de los socialistas vascos, Patxi López, que aseguró que la paz “no tiene precio político”, manifestó también que el País Vasco vive “un tiempo de esperanza razonable sobre el final del terrorismo”. Desde la oposición, el número dos del PP, Ángel Acebes, declaró que no está de acuerdo “en que haya que respaldar cualquier política antiterrorista” para después hacer una referencia velada a la denominada guerra sucia que tuvo lugar durante los gobiernos de González.