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COLOMBIA

El presidente acepta una propuesta internacional para negociar con las FARC

Por Susana MendozaTiempo de lectura2 min
Internacional16-12-2005

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, dijo en Bogotá que acepta desmilitarizar los 180 kilómetros cuadrados de la zona suroccidental de la región conocida como El Retiro, tal y como fue sugerido por los tres países europeos como sede para el diálogo conjunto.

En ese poblado, perteneciente a la localidad de Florida, en el departamento del Valle del Cauca, se centrará la propuesta que la Comisión Internacional presentó al Ejecutivo y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los tres países conforman una comisión internacional que fue creada el pasado noviembre tras un viaje a Europa del Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Luis Carlos Restrepo, por orden de Uribe, quien hasta ahora había excluido sentarse a negociar con el grupo rebelde en una zona desmilitarizada. Las bases de este acuerdo, que ha sido firmado a partes iguales, establecen que el Gobierno liberará a más de medio millar de guerrilleros presos en las cárceles colombianas o extraditados a EE.UU. a cambio de la liberación de presos políticos. Desde diciembre de 1997, las FARC mantienen cautivos a 59 miembros de la fuerza pública, políticos y extranjeros (tres estadounidenses), siendo su rehén más prominente la candidata a la Presidencia Ingrid Betancourt, secuestrada en febrero de 2002. El hecho de que la guerrilla colombiana haya aceptado acudir a las negociaciones de Retiro abre una puerta más que amplia para que acabe el conflicto civil que comenzó en 1964 con la formación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). En un comienzo, ambas formaciones pedían un cambio en la estructura de Gobierno que ampliase más todo lo referente a ayudas para solucionar el paupérrimo estado de miles de indígenas y campesinos. La principal aspiración de la guerrilla es la pretensión de desplazamiento absoluto de las clases dirigentes actuales en la dirección del Estado y su sustitución por líderes pertenecientes a la guerrilla, hecho que no es bien visto por ningún Gobierno. La situación actual de violencia en Colombia es insostenible. Tanto los grupos izquierdistas FARC y ELN como el ultraderechista Autodefensa Unidas de Colombia (AUC) son responsables de numerosos asesinatos, secuestros, torturas y violaciones que quedan impunes. El secuestro es una de las principales formas de financiación de las guerrillas, al igual que el impuesto revolucionario a los campesinos.