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BALCANES

El arresto de Ante Gotovina abre las puertas de la UE a Croacia

Por Salva Martínez MásTiempo de lectura2 min
Internacional10-12-2005

“Para nosotros, este señor era un turista más que estaba de vacaciones”, declaraban los trabajadores del hotel tinerfeño situado en la Playa de las Américas. Completamente ajenos a la verdadera identidad de su huésped, daban alojamiento al criminal de guerra croata más buscado.

El pasaporte falso del general croata Ante Gotovina dejó de ser útil el miércoles pasado. Ese día, nueve miembros de la operación que desarrolló la Policía Nacional rodearon la mesa del hotel en la que cenaba el fugitivo. Preguntaron: “¿Ante Gotovina?” “Sí, soy yo”, dijo el militar responsable de la operación Tormenta que, en 1995, expulsó a las tropas serbias que ocupaban la región de Krajina desde 1991. Para muchos más croatas de los cerca de 40.000 que se manifestaban en Split para mostrar su apoyo a Gotovina el último día de la semana pasada, Tormenta supuso la “reconquista” de Krajina. Precisamente en el transcurso de esa operación se produjeron los crímenes de los que el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) acusa al general croata. La Comunidad Internacional, en especial la fiscal del TPIY, Carla del Ponte, considera al militar croata el máximo responsable de crímenes contra la Humanidad, de la deportación masiva de 200.000 serbios y de la muerte de otras 150 personas de la misma nacionalidad residentes en Krajina. En marzo de 2005, la Unión Europea puso a las autoridades croatas el arresto de Gotovina como condición para iniciar las negociaciones de adhesión. Coacción que Florence Hartmann, el portavoz de Carla del Ponte, justificaba la semana pasada pues “sin las presiones condicionales, Croacia no habría puesto en marcha el procedimiento de búsqueda” del criminal de guerra. Es decir, gracias a la condición impuesta por la UE a Croacia, las autoridades de Zagreb comenzaron a cooperar en favor del arresto de Gotovina. El jueves pasado, el día en que Carla del Ponte hizo pública la detención del militar croata, Javier Solana, el alto representante de la UE para la política exterior y seguridad, señaló “la cooperación de las autoridades croatas y el trabajo eficaz de la Policía española”. Incluso la OTAN celebró la operación policial a través de su secretario general, Jaap de Hoop Scheffer, quien consideró el arresto “como una buena noticia para el mundo y una buena noticia para Croacia”. Este acercamiento de posiciones de la Comunidad Internacional, la UE y Croacia contrasta con el aislamiento de Serbia, país cuyas instituciones no colaboran, ni parece que lo vayan a hacer en un futuro, en la búsqueda y captura de Radovan Karadzic y Ratko Mladic. Fugados hace ya 10 años, el TPIY acusa a Karadzic y Mladic, el líder político y el jefe militar de los serbios de Bosnia, respectivamente, de ser los responsables de la muerte de 8.000 musulmanes bosnios en Srebrenica en julio de 1995.